La importancia de lidiar con el estrés y la ansiedad
«Aunque no siempre podemos elegir lo que nos ocurre, sí podemos elegir nuestras respuestas«. – Steven Covey.
El cerebro humano es un órgano extraordinario; considerado por muchos científicos como la estructura más compleja del universo. Hemos llegado a la luna, hemos creado el ordenador, hemos hecho posible los viajes en avión, y así sucesivamente.
A pesar de todas las maravillosas funciones y capacidades del cerebro, a menudo nos regimos por impulsos que se manifiestan en sentimientos de ansiedad y estrés.
Se cree que el sistema límbico del cerebro, considerado nuestro «centro de las emociones», fue uno de los primeros en desarrollarse en la especie humana. La mayoría de los científicos creen que este desarrollo temprano es un subproducto de la evolución, un mecanismo de supervivencia.
Entonces, ¿cómo «manejamos» la ansiedad y el estrés, dos emociones inherentes causadas por una parte del cerebro que todos poseemos? Esta pregunta requiere una respuesta en dos partes.
(1) Nunca eliminaremos la ansiedad y el estrés, ya que son respuestas inherentes al cerebro. Aunque no lo parezca, esto es algo bueno; la respuesta al estrés es clave para nuestra supervivencia.
(2) Podemos y debemos librarnos de la ansiedad y el estrés excesivos. Lo hacemos (¡sorpresa!) utilizando las partes «pensantes» de nuestro cerebro.
En este artículo, analizamos diez formas probadas de reducir nuestros niveles de ansiedad y estrés. Esperamos que esta información resulte entretenida e informativa.
10 MANERAS DE LIDIAR CON EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD:
1. ELEGIR PENSAMIENTOS BUENOS Y POSITIVOS
Aprender a tener pensamientos buenos y positivos es más fácil de decir que de hacer. Sin embargo, se puede hacer. Un simple ejercicio de respiración profunda o meditación de 15 a 20 minutos puede ayudar a calmar una mente ruidosa.
Con la práctica, el cerebro detectará los estímulos negativos e innecesarios y los descartará con rapidez. Una solución más a corto plazo es desbaratar los pensamientos negativos ocupando la mente en una actividad cognitiva.
2. CENTRARSE EN EL PRESENTE Y EN NADA MÁS
Vivimos en un mundo lleno de distracciones, y esta situación sólo parece empeorar. Teniendo esto en cuenta, tenemos que elegir: ¿permitiremos que las distracciones nos controlen o controlaremos las distracciones? Esto último requiere una concentración consciente en el momento presente, ya sea en el trabajo, en casa o en cualquier otro lugar.
Un alivio suave y consciente en la situación presente -cualquiera que sea- destrona el estrés y la ansiedad que pueden apoderarse de nosotros.
3. SER UN EJEMPLO POSITIVO EN UN MUNDO NEGATIVO
La solución no es no dejarse afectar por la negatividad que nos rodea, sino ser un ejemplo positivo. ¿Qué queremos decir con esto? Utilicemos el trabajo como ejemplo.
Una persona «negativa» te ve y comienza a soltar lo mucho que odia a su jefe, su empresa, su trabajo… sea cual sea la situación. En lugar de reaccionar emocionalmente, actúa con calma, aplomo y cortesía. No sólo cambiarás la perspectiva de la persona, sino que reforzarás tu sentido de autocontrol.
4. OLVÍDATE DE COMPARARTE CON LOS DEMÁS
¿Sabías que no existe una relación directa entre el consumismo (las cosas que la gente compra) y la felicidad? En un estudio, los investigadores de la Universidad de Northwestern hicieron la siguiente observación: «Descubrimos que, independientemente de la personalidad, en situaciones que activan una mentalidad consumista, las personas muestran el mismo tipo de patrones problemáticos en el bienestar«.
Tampoco se trata sólo de «cosas»; la infelicidad puede producirse al compararse con otra persona en cualquier aspecto. Compararse no consigue nada. En cambio, intentar superarse sí lo consigue.
5. DESCONECTAR Y SEPARAR
Aunque todos amamos nuestros smartphones (y otros gadgets), pueden ser una fuente importante de estrés y ansiedad.
«Los teléfonos inteligentes se utilizan cada vez más para ayudar a las personas a afrontar diferentes aspectos de su vida. Pero cuanto más se usan, más nos volvemos un poco dependientes de ellos, y en realidad aumentamos el estrés en lugar de aliviarlo«, dice Richard Balding, psicólogo del departamento de psicología de la Universidad de Worcester, en Inglaterra.
6. SIMPLIFICAR Y DESORDENAR
La mayoría de las personas intentan abarcar más cosas de las que pueden manejar. En lugar de evaluar y centrarse en lo que es necesario, tenemos la tendencia a centrarnos en lo que se quiere. En otras palabras, nuestros deseos a menudo se anteponen a las necesidades.
Sólo hay una cosa que decir sobre esto: ¡es completamente innecesario y poco saludable!
Estar presente. Sé consciente. Simplifica y verás cómo tus preocupaciones se disipan.
7. DIVIDE TUS TAREAS
Todos necesitamos trabajar, pero no tenemos que sentirnos abrumados por ello. Si tienes una gran tarea por delante, no te obsesiones con la magnitud de la misma: ¡esto te quita energía y ganas antes de empezar!
Tómate un poco de tiempo y planifica tu enfoque dando un pequeño paso cada vez. Concentra tu mente en cada paso y olvídate de todo lo demás. Tus niveles de ansiedad y estrés caerán en picado.
8. HAZ ALGO DE EJERCICIO – COMO SEA QUE TENGAS QUE HACERLO
La frase clave es «como sea». La multitud de estudios que apoyan los beneficios mentales y físicos del ejercicio debería ser la única motivación que necesitas para ponerte en marcha.
He aquí algunas ideas rápidas: sube por las escaleras, aparca más lejos de los edificios, haz una serie de flexiones, da un paseo rápido durante los descansos, haz algunas abdominales en la cama. ¿Ves a dónde vamos con esto?
Haz algo, cualquier cosa que implique algún esfuerzo físico. La cantidad mínima de tiempo a la que debes aspirar es a 30 minutos de ejercicio, tres veces por semana. De nuevo, no importa cómo ni dónde, todo suma.
9. COMPRUEBA TU HIGIENE DEL SUEÑO
A la hora de minimizar la ansiedad y el estrés, probablemente no haya nada más importante que unos hábitos de sueño regulares y de calidad. Por desgracia, el estrés y la ansiedad pueden alterar el reloj interno de nuestro cuerpo (es decir, el ritmo circadiano). Una buena higiene del sueño implica lo siguiente
– Abstenerse de tomar estimulantes como cafeína y nicotina cerca de la hora de acostarse.
– Abstenerse de comidas pesadas, ricas y picantes justo antes de dormir.
– Limitar las siestas diurnas a 30 minutos o menos.
– Exponerse adecuadamente a la luz solar (luz natural).
– Tener una rutina para acostarse (ducha/baño, lectura, estiramientos ligeros, por ejemplo) a la misma hora todas las noches.
– Asegurar un ambiente fresco y confortable para dormir.
10. CENTRARSE EN RESPONDER, NO EN CONTROLAR
Como dijo una vez el difunto Steven Covey «Aunque no siempre podemos elegir lo que nos ocurre, siempre podemos elegir nuestras respuestas«.
Equipado con algunos de los conocimientos de este artículo, ¡esperamos que te vuelvas más presente, pacífico y positivo! Recuerda: nadie ni nada puede hacerte infeliz a menos que tú lo permitas.