¿Qué es la vitamina D?
Tu cuerpo la utiliza para absorber minerales como el calcio y el fósforo. Eso hace que tus dientes y huesos sean fuertes. La vitamina D también ayuda a los músculos, los nervios y el sistema inmunitario. Puedes obtenerla del sol en tu piel y de la ingesta de huevos, pescados grasos y alimentos enriquecidos como la leche y los cereales.
¿Por qué podrías necesitar más vitamina D?
Quizá porque tu cuerpo no:
- Recibe suficiente sol.
- Obtiene suficiente de los alimentos, especialmente si eres vegano o no puedes comer lácteos.
- Absorbe la vitamina D tan bien como debería, o se deshace de ella demasiado rápido.
Las personas de raza negra suelen tener niveles más bajos de vitamina D que sus compañeros blancos, ya que la piel más oscura tiene una protección solar natural y necesita una exposición al sol más prolongada para producir la vitamina.
Pero se ven relativamente menos afectados por la falta de vitamina D, medida por la debilidad de los huesos, las caídas y las fracturas.
1. Relación con la curación lenta de las heridas
Parece que las heridas no se curan tan rápido en las personas con niveles bajos de vitamina D. Esto es especialmente cierto para las personas con quemaduras.
Se está investigando si los suplementos de vitamina D pueden ayudar a las personas a recuperarse más rápidamente de las quemaduras y otras heridas.
2. Relación con la Osteoporosis
Afecta a un tercio de las mujeres de entre 60 y 70 años y a dos tercios de las de 80 o más. No hay una sola causa, pero la falta de vitamina D dificulta la utilización de los minerales que el cuerpo necesita para mantener los huesos fuertes.
En la osteoporosis, esto se traduce en la ampliación de los espacios naturales de la sustancia de sus huesos. Se vuelven más «porosos», lo que los hace más quebradizos.
3. Relación con el dolor muscular
Las personas que tienen dolor y debilidad en los músculos y los huesos a menudo no tienen suficiente vitamina D. En las personas mayores especialmente, la debilidad de los músculos puede aumentar las posibilidades de caerse y romperse un hueso.
También puede ser un signo de osteoporosis. Habla con tu médico si notas algún dolor. Podría ser una señal de advertencia que puede desaparecer con suplementos de vitamina D o cambios en la dieta o el estilo de vida.
4. Relación con el raquitismo
En el siglo XIX, la contaminación de las ciudades podía ser lo suficientemente densa como para bloquear gran parte de la luz solar. Esto provocaba unos niveles bajos de vitamina D que condujeron a una epidemia de esta enfermedad infantil que atrofia el crecimiento y ablanda y deforma los huesos en crecimiento.
Más sol y alimentos enriquecidos con vitaminas ayudaron a detenerla. Pero todavía se puede padecer raquitismo. Es especialmente posible en bebés nacidos de madres con un nivel muy bajo de vitamina D, algo más común entre las mujeres afroamericanas.
5. Relación con la osteomalacia
A diferencia del raquitismo, que es sobre todo una enfermedad de la infancia, la osteomalacia se puede padecer hasta la edad adulta. Incluso después de que los huesos dejen de crecer, necesitan vitamina D para su reparación y mantenimiento.
Si tus niveles permanecen bajos durante mucho tiempo, pueden ablandar tus huesos. Esto puede causar roturas y otros problemas, especialmente en las caderas.
Otras afecciones relacionadas
Hay algunas pruebas de que los niveles de vitamina D podrían tener un efecto sobre la diabetes (tipos 1 y 2), la hipertensión arterial, la esclerosis múltiple y algunos tipos de cáncer. Los científicos siguen estudiando la relación entre la vitamina D y las enfermedades graves.
6. En riesgo: los bebés amamantados
A menudo no hay suficiente vitamina D en la leche materna para mantener a los bebés sanos, a menos que la madre tome un suplemento. El raquitismo es más frecuente en los niños amamantados. Las madres afroamericanas, en particular, suelen empezar con menos vitamina D en la sangre. Los expertos afirman que los bebés lactantes necesitan 400 UI adicionales de vitamina D al día.
7. En riesgo: Personas con problemas intestinales
El cuerpo necesita grasa para utilizar la vitamina D. La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y otras afecciones que afectan al intestino, como la celiaquía y la fibrosis quística, dificultan la absorción de esta grasa. Eso puede significar que necesitas más vitamina D para mantener tus niveles. Los suplementos parecen ayudar.
8. En riesgo: Personas con bypass gástrico
Es un tipo de cirugía que extirpa parte del estómago o de los intestinos (a veces ambos) para que te sientas lleno más rápido y comas menos calorías. Después de la cirugía, es más difícil absorber algunos nutrientes, como la vitamina B12, el cobre, el zinc, el calcio y la vitamina D.
Tu médico probablemente hará un seguimiento de tus niveles y te sugerirá suplementos vitamínicos diarios para mantener tus niveles saludables.
9. En riesgo: Personas con obesidad
Si tienes un IMC de 30 o más (lo que significa que eres obeso), es más probable que tus niveles de vitamina D sean más bajos que los de alguien que no es obeso. No es que tu piel produzca menos vitamina D, sino que la grasa extra bajo tu piel retiene más cantidad y cambia la forma en que llega a tu sangre. La dieta, los cambios en el estilo de vida y los suplementos pueden ayudar.
Controla tu vitamina D
Un simple análisis de sangre puede permitirte conocer tu nivel de vitamina D. Considera la posibilidad de hacerse una prueba si no puedes salir de casa, si no te llega la luz del sol o si tienes signos de falta de vitamina D, como dolor de huesos, dolor muscular o una enfermedad como la osteoporosis.
Si crees que tus niveles son bajos, no abuses de los suplementos para compensar la diferencia. Un exceso puede ser perjudicial.