Superar el rencor
Guardar rencor se ha considerado durante mucho tiempo un hábito poco saludable, y por una buena razón. Formados por sentimientos dañinos de amargura y resentimiento, los rencores nos impiden dejar ir y seguir adelante. Pero según Sophie Hannah, escritora de éxito internacional y autora del nuevo libro de autoayuda Cómo guardar rencor, no tiene por qué ser así.
En el libro, Hannah argumenta que los rencores son grandes e incluso beneficiosos: ella misma tiene «muchos rencores y aún así mantiene muchas amistades y relaciones saludables y felices a largo plazo«, le dice a Health.
La clave del argumento de Hannah es que procesa sus rencores y extrae lecciones de vida de ellos para crear un «buen rencor«, que luego almacena para guardarlo en su metafórico gabinete de rencores.
Los rencores no procesados pueden ser tóxicos y es muy probable que sean dañinos en lugar de beneficiosos. «Si hay un rencor que cada vez que lo recuerdas, pasas horas llorando y acabas golpeando tu cabeza contra la pared y sintiendo una rabia asesina, eso claramente no te hace ningún bien«, dice Hannah.
Es importante saber la diferencia entre un rencor tóxico y uno saludable para poder sacar el máximo provecho de tus rencores. «La distinción crucial entre un rencor dañino y un buen rencor es que un buen rencor no debe hacer daño a nadie«, dice Hannah. Cuando guarda un rencor, no desea vengarse, no hace comentarios pasivo-agresivos, ni actúa de ninguna manera que pueda molestar a la persona a la que le guarda rencor.
Un buen rencor también implica que no se está haciendo daño a sí misma. «Cuando te acuerdas [de un rencor saludable], no te llenas inmediatamente de ira, amargura, hostilidad y esa sensación de que todo está dentro«, dice Hannah.
En Cómo guardar rencor, Hannah describe cómo procesa un rencor para poder beneficiarse del incidente original que provocó el resentimiento. Esto es lo que hay que hacer.
1. Escríbelo
Después de reconocer por primera vez su rencor (una habilidad que ha desarrollado con el tiempo), Hannah escribe el incidente tal y como ocurrió desde su punto de vista. Ella enfatiza que este ejercicio debe producir una historia con trama y personajes y fondo, si es necesario, más que un resumen de sus sentimientos sobre el evento. «No creo que el rencor sea un sentimiento, creo que el rencor es una historia que elegimos recordar«, dice.
2. Calificar el rencor
Después de analizar la historia, clasifica y califica su rencor. En el libro se incluyen prácticos cuestionarios para calificar su propio rencor, con preguntas como «¿Cuál fue la intención del rencor?» y «¿Cómo de alto es el factor ¡Grrr!«?
Anima a otros resentidos a añadir humor a este proceso siempre que sea posible. «Si tienes suerte, la excentricidad y el absurdo combinados con el lado creativo y constructivo de procesar tu rencor… drenará toda la energía de esos sentimientos negativos«, dice Hannah.
3. Perdona, pero no olvides
Hannah explica que procesar su rencor también le permite perdonar a la persona sin sentir que ha sacrificado sus propios valores. «Los he perdonado emocionalmente, estoy feliz de seguir teniendo una relación con ellos sin malos sentimientos«, explica. «Pero hay algo en ellos que necesito recordar para quizás protegerme de un aspecto particular de su comportamiento, y así no son alguien con una pizarra totalmente limpia en mi cabeza«.
Por qué funciona
Hannah explica que sus rencores le permiten perdonar y sentirse bien porque satisfacen la necesidad humana de justicia. «Un rencor positivo se convierte en una especie de objeto de justicia conmemorativa, y entonces es mucho más fácil dejar atrás los sentimientos negativos y perdonar a la persona emocionalmente porque no sientes que se ha salido con la suya«, dice. «Porque sabes que no lo han hecho, porque tu rencor existe«.
Como ejemplo, Hannah explica que tiene una amiga que nunca muestra interés en su vida; no le pregunta a Hannah sobre su trabajo o sus proyectos, y no escucha cuando Hannah le da esa información libremente.
Hannah a menudo se sentía herida y decepcionada por su amiga antes de darse cuenta de que ésta se comportaba de la misma manera con todos. Aunque sus sentimientos negativos ya han pasado, Hannah sigue guardando rencor para recordarse a sí misma que ese tipo de comportamiento no está bien para ella.
«Al hablarle ahora sobre el rencor, me siento protegida, con poder, sabia, totalmente segura de cuáles son mis valores en las relaciones«, dice Hannah. Su rencor la inspira a apreciar más cuando sus amigos se interesan en su vida.
Un último, pero importante, consejo que Hannah tiene para ofrecer es que sus rencores son siempre sobre las personas y nunca contra las personas. Ella mantiene sus amistades y sus rencores intactos y es mejor así. «Todo el mundo tiene defectos, yo tengo defectos«, dice. «Me gusta estar en la posición en la que puedo tener buenas relaciones con gente con defectos.»