Síntomas de estrés: introducción
Nosotros, como sociedad, somos un grupo de personas estresadas.
Días más largos; más trabajo; menos vacaciones; jubilación más tardía… ¿algo de esto te suena familiar?
La verdad es que la mayoría de las personas se enfrentan a una o más de estas situaciones en su vida. Además, la mayoría de las personas creen que están mal pagadas y sobrecargadas en su vida laboral. Combinar las presiones del trabajo con tener que manejar una agitada agenda personal puede significar una existencia muy estresante.
AQUÍ HAY 9 SÍNTOMAS DE ESTRÉS (Y CÓMO RELAJARTE):
1. TE VUELVES MÁS ANSIOSO
La ansiedad y el estrés son dos caras de la misma moneda. Donde uno esté presente, el otro también lo estará. Los síntomas físicos de la ansiedad a menudo incluyen tensión muscular, respiración rápida, latidos rápidos del corazón, sudoración, mareos y fatiga.
Los sentimientos constantes de ansiedad pueden dar lugar a un trastorno de ansiedad como el Trastorno de Ansiedad Generalizada (o TAG). Como consecuencia, la ansiedad se manifiesta como una preocupación incontrolable por las cosas malas que pueden suceder.
La práctica de técnicas de control del estrés y de relajación puede ayudar a tratar la ansiedad que resulta del estrés. En algunos casos, es posible que desees buscar ayuda de un profesional del bienestar mental que pueda aconsejarle sobre cómo contrarrestar la presencia de la ansiedad en tu vida. También hay medicamentos seguros disponibles si tu médico se decide por esa opción.
2. TE VUELVES MÁS IMPACIENTE CUANDO ESTÁS DEMASIADO ESTRESADO
Lidiar constantemente con situaciones estresantes también puede reducir tu nivel de paciencia. Tener una disposición de impaciencia puede aumentar el daño que estas tensiones causan.
Las personas que se vuelven más impacientes experimentarán signos físicos como tensión muscular, apretar las manos y respiración superficial. Los procesos mentales también pueden verse afectados, causando más irritabilidad, ansiedad e impulsividad.
Si experimentas síntomas de impaciencia, necesitas encontrar la verdadera causa, o «desencadenante». Haz una lista de las cosas que te están causando la impaciencia y evita o minimiza el contacto con estos disparadores.
Estar consciente detu respiración, practicar mini-meditaciones y ejercicio puede ayudar a mejorar tu paciencia y tus niveles de tolerancia.
3. PIERDES LOS NERVIOS MÁS RÁPIDAMENTE
Cuando se experimenta una situación estresante, tus capacidades mentales disminuyen. Como resultado, eres más impulsivo y es más fácil perder los estribos. Cuando pierdes los estribos, tu ira te abruma y resulta en problemas de comunicación, y a menudo terminas diciendo cosas de las que luego te arrepientes.
Cuando pierdes la calma, no sale nada bueno de ello. Te hará sentir peor, empeorará tu situación y te causará problemas adicionales que tendrás que arreglar más tarde. Intenta pensarlo dos veces antes de permitir que la ira te controle a ti y a la situación pensando en las consecuencias.
Aléjate, respira despacio o tómate un descanso rápido… perder los estribos no vale la pena por las consecuencias negativas.
4. OLVIDAS LAS COSAS MÁS A MENUDO
¿Notas que cuando estás estresado, es más fácil olvidar las cosas? Pierdes tus llaves, olvidas eventos importantes, y no recuerdas completar el trabajo que necesitas hacer.
Esto sucede porque el estrés tiene un impacto negativo en la memoria. Según los neurocientíficos y otros expertos, el estrés influye en la parte del cerebro que procesa la información y es responsable de la memorización. Más concretamente, las señales eléctricas en el cerebro que están asociadas con la formación de memorias fácticas se debilitan cuando las emociones (como el estrés) se fortalecen.
La próxima vez que estés bajo estrés, recuerda que la respuesta predeterminada del cerebro es mejorar el aspecto emocional, disminuyendo la capacidad de pensar lógicamente.
Recordar que tus capacidades mentales disminuyen como resultado cambiará tu respuesta; permitiéndote formar más fácilmente recuerdos en el cerebro.
5. PIERDES MÁS TU ENFOQUE CUANDO ESTÁS ESTRESADO
El estrés ocupa tu mente con la preocupación y te distrae del enfoque necesario para manejar la vida cotidiana. Cuando esto sucede, la productividad empeora y sentimos poco control sobre nuestros procesos mentales.
Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, esta falta de sensación de control puede conducir a un pensamiento obsesivo, inhibiendo aún más nuestra capacidad de concentración cuando es necesario. El estrés autoinducido es a menudo la causa principal de nuestra incapacidad para centrarnos en lo que hay que hacer.
Un aspecto destacado del estudio de Harvard es muy notable. Cuando tratamos de suprimir nuestros pensamientos negativos «queriendo» eliminar estas contemplaciones, sólo sirve para hacer que los pensamientos sean más frecuentes.
El remedio para esto es permitir que estos pensamientos simplemente se desvanezcan sin ningún esfuerzo consciente. Hacerlo nos permitirá centrar nuestro cerebro en lo que está delante de nosotros en lugar de nuestros impulsos.
Prácticas como hacer una sola tarea y minimizar las distracciones pueden ayudar dramáticamente con la concentración.
6. SE PROCRASTINA MÁS
La procrastinación afecta negativamente tanto a tu trabajo como a tu vida personal. La incapacidad de concentrarse en lo que hay que hacer resulta en un sentimiento de agobio, resentimiento y culpa.
Cuando se está estresado, es muy difícil trabajar productivamente. Cuando nos sentimos improductivos, tenemos una tendencia a no querer trabajar. Es entonces cuando la procrastinación se convierte en un mecanismo de afrontamiento para lidiar con el estrés.
Sin embargo, este mecanismo es contraproducente porque a menudo no cumplimos con nuestras obligaciones… lo que resulta en más estrés.
El Dr. Neil Fiore, autor del libro «The Now Habit» sugiere que hacer un horario para disfrutar puede ser una forma efectiva de superar la procrastinación. Esto significa programar con antelación la cantidad de tiempo que se dedica al entretenimiento, al ejercicio, al tiempo en familia, a los hobbies y a las actividades sociales. Esto sirve como un recordatorio para disfrutar y que no tenemos que posponer el trabajo para hacerlo.
7. RESUELVES LOS PROBLEMAS MÁS LENTAMENTE
Como se ha mencionado, el estrés excesivo tiene un impacto negativo en nuestros cerebros. Cuando están estresados, nuestros cerebros liberan la hormona del estrés norepinefrina, lo que lleva a un estado de mayor excitación. Esta excitación inhibe nuestra capacidad de acceder a los recursos mentales necesarios para pensar con flexibilidad, lo que afecta a nuestra capacidad para resolver problemas.
Por supuesto, evitar las situaciones que inhiben nuestra capacidad de pensar con flexibilidad y practicar técnicas de relajación son las formas naturales de contrarrestar este problema. Como con la mayoría de los demás síntomas del estrés, también puede ser prudente buscar algún tipo de asistencia médica.
8. TIENES MÁS PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Los pensamientos negativos y una perspectiva pesimista son signos reveladores de estar estresado. Esto es un resultado directo de los cambios químicos en el cerebro cuando experimentamos estrés. Esto es lógico, pero a menudo no podemos controlar eficazmente los pensamientos negativos recurrentes.
Hay dos soluciones a este problema: no insistir en los pensamientos negativos y el pensamiento positivo.
Como hemos mencionado en artículos anteriores, los pensamientos negativos son automáticos. Estos pensamientos negativos reflejan una condición (estrés en este caso), pero no se correlacionan con quién eres realmente como persona. No permitas que tus pensamientos te saboteen al insistir en ellos. No reconozcas su presencia y deja que simplemente se desvanezcan.
El pensamiento positivo simplemente significa que tratas con las situaciones estresantes de una manera más positiva. Para practicar el pensamiento positivo, comienza con el autoconocimiento, los pensamientos no expresados que parecen correr constantemente por tu cabeza. Esto es importante, ya que la manera en que te comunicas contigo mismo afecta tu pensamiento, tus emociones y tu autoestima.
Aprendiendo a practicar las afirmaciones y recompensándote por un trabajo bien hecho, aumentarás tu comunicación interna positiva. Otras cosas que se pueden hacer para aumentar el diálogo positivo con uno mismo incluyen leer más, ser creativo, pasar tiempo con personas positivas, divertirse y establecer metas. Puede que lleve algún tiempo darse cuenta de los beneficios del diálogo positivo con uno mismo, pero sucederá si tienes paciencia.
9. EXPERIMENTAS ENFERMEDAD Y DOLOR MÁS A MENUDO CUANDO TE SIENTES DEMASIADO ESTRESADO
El estrés tiene un efecto negativo en el cuerpo porque hace que el cuerpo libere más hormonas, suprime el sistema inmunológico y produce tensión en la cabeza y el cuerpo.
Cuando el cerebro libera más hormonas (como la adrenalina, el cortisol y la norepinefrina) puede producir dolores de cabeza por tensión y migrañas. Los Institutos Nacionales de Salud han informado que las personas que practican técnicas de relajación y manejo del estrés reducen su número de dolores de cabeza hasta en un 35 a 50 por ciento.
Estar demasiado estresado también causa tensión, lo que provoca que el sistema nervioso simpático reduzca el flujo de sangre a los músculos. Los resultados suelen ser dolores de espalda y de cuello, así como espasmos musculares.
Además, las personas que sufren estrés tienen tendencia a tensar los músculos del cuello y los hombros, lo que hace que la espalda y otras zonas del cuerpo sean vulnerables al dolor. En este caso, ayuda ser consciente de la postura y evitar situaciones estresantes.
El sistema inmunológico también se suprime cuando el estrés es frecuente. Como resultado, es más probable que nos enfermemos. Los individuos que experimentan estrés frecuente son mucho más vulnerables a enfermedades como los resfriados y la gripe. Evitar el estrés siempre que sea posible y tomar suplementos como la vitamina C o un multivitamínico puede proteger contra esta vulnerabilidad.