Cómo funciona la irrigación nasal
¿Tienes la nariz taponada por las alergias o el resfriado? La irrigación nasal puede ayudar. Se vierte una solución salina en una fosa nasal. A medida que fluye por la cavidad nasal hacia la otra fosa, elimina la mucosidad y los alérgenos.
1. Decide qué va a utilizar
Para la irrigación nasal, necesitarás un recipiente y una solución salina. Puedes comprar recipientes precargados o utilizar una jeringa de pera o un rinocornio (o neti pot). Todos están disponibles en las farmacias.
2. Mezclar la solución salina
Si eliges un frasco precargado, sáltate este paso. Si no, puedes comprar una solución salina en polvo y seguir las instrucciones de la etiqueta o hacer la tuya propia. Empieza con 1 ó 2 tazas de agua tibia destilada, estéril o que hayas hervido para evitar infecciones. Añade de 1/4 a 1/2 cucharadita de sal no yodada y una pizca de bicarbonato de sodio.
3. Ponte en posición
Si utilizas un frasco exprimible, un rinocornio o una jeringa, inclínate hacia delante sobre el lavabo, en un ángulo de unos 45 grados. Inclina la cabeza para que una de las fosas nasales apunte hacia el lavabo. No inclines la cabeza hacia atrás.
4. Vierte la solución salina
Coloque la boquilla de un rinocornio o la punta de una jeringa o frasco exprimible justo dentro de la nariz. La punta no debe entrar más allá del ancho de un dedo. Manteniendo la boca abierta, aprieta la jeringa o la botella, o inclina el bote para verter el agua en tu fosa nasal. Recuerda que debes respirar por la boca, no por la nariz.
5. Dejar escurrir
El agua salada correrá por las fosas nasales y saldrá por la otra fosa nasal y quizás por la boca. Debes escupirla y no tragarla. Pero si un poco baja por tu garganta, no te hará daño.
6. Despejar la nariz y repetir
Sopla suavemente por la nariz para eliminar la solución restante. Repite el procedimiento con la otra fosa nasal. Cuando hayas terminado, tira los restos de solución y limpia bien los elementos que hayas utilizado. Déjalos secar al aire. Guárdalos en un lugar limpio y seco.
¿Y si pica o quema?
Utiliza menos sal en la solución salina. Y asegúrate de que el agua esté tibia, no caliente ni fría.
¿Cómo de rápido funciona?
Es posible que veas los resultados después de una o dos veces. Los beneficios aumentan a medida que se continúa haciéndolo. Un estudio demostró que, a largo plazo, la irrigación nasal ayudó a las personas a sentirse en control de sus síntomas sinusales y mejoró su calidad de vida.
¿Con qué frecuencia utilizar el lavado nasal?
El uso de una solución salina sólo una vez al día puede ayudar a diluir la mucosidad, frenar el goteo postnasal y limpiar las bacterias de los conductos nasales. También puede eliminar los alérgenos que hayas inhalado. Una vez que los síntomas desaparecen, algunas personas descubren que tres veces a la semana es suficiente para mantenerse sin síntomas.
¿Es adecuado para ti?
La irrigación puede beneficiar a las personas que tienen problemas de sinusitis, alergias nasales, resfriados e incluso síntomas de gripe. Puede ayudar tanto a los adultos como a los niños. Algunas personas la utilizan todos los días para mantenerse sin síntomas. Sin embargo, no debes utilizarlo si tienes una infección de oído o una fosa nasal tapada y dificultad de respirar.
Cómo se obstruyen los senos paranasales
Puede ocurrir si el revestimiento de los senos paranasales y los conductos entre ellos se inflaman. Una alergia o un resfriado pueden causarlo, por ejemplo. La inflamación se hincha y bloquea el drenaje de los senos. Las bacterias pueden acumularse y provocar una infección de los senos paranasales. Esto provoca más inflamación, hinchazón, congestión y dolor.
Por qué ayuda la irrigación nasal
La solución salina enjuaga los conductos nasales. El agua salada también restablece la humedad y alivia la inflamación de las membranas mucosas que recubren los senos nasales. Los diminutos «cilios» de esas membranas transmiten las bacterias y otros residuos a la garganta, donde se tragan sin peligro. Con menos inflamación, es más fácil respirar.
Formas de frenar los alérgenos
En el caso de las alergias, evitar los desencadenantes es una forma clave de facilitar la respiración. Utiliza el aire acondicionado en tu casa y en el coche durante las estaciones cálidas, reduce la humedad interior y pon siempre en marcha los extractores cuando te duches o cocines. Pasa la aspiradora con regularidad y utiliza también fundas protectoras para colchones y almohadas.
Trabaja con tu médico
Un estudio demostró que las personas con problemas crónicos de sinusitis que utilizaban la irrigación nasal podían usar menos medicamentos. Antes de dejar de hacerlo, habla con tu médico.