¿Qué son los músculos de la pantorrilla?
Hay un grupo de músculos en la parte posterior de cada pierna que los médicos llaman «músculos de la pantorrilla«. Desempeñan un papel fundamental para ayudarte a caminar y correr. Hay muchas cosas que pueden provocarte un dolor de pantorrilla, desde un pequeño esguince hasta problemas más graves como la trombosis venosa profunda.
Veamos una serie de causas posibles de este dolor.
1. Calambres musculares
Si trabajas demasiado el músculo de la pantorrilla, puedes sufrir un dolor repentino en la pierna. Un calambre muscular también puede ocurrir si mantienes una posición demasiado larga o no has bebido suficiente agua.
La mayoría de los calambres son inofensivos y mejoran si te das un masaje, haces estiramientos suaves y te aplicas una toalla caliente o una almohadilla térmica. Si no mejoran, llama a tu médico. Aunque es poco frecuente, los calambres musculares pueden estar causados por otros problemas de salud, como la compresión de los nervios.
2. Tirón muscular
Si te estiras demasiado o ejerces demasiada presión sobre la pantorrilla, puedes forzar el músculo. Si es así, tendrás un dolor sordo que empeora cuando te mueves. También es frecuente la hinchazón, el enrojecimiento o la aparición de un hematoma, y puede doler al levantarse de puntillas. El reposo y el hielo pueden ayudar. Cuando te sientes, trata de elevar la pantorrilla por encima de la altura de la cadera. También deberás tener paciencia. Un tirón muscular puede tardar hasta 6 semanas en curarse por completo.
3. Tendinitis de Aquiles
El tendón de Aquiles conecta el músculo de la pantorrilla con el hueso del talón. Si se lesiona, sentirás un dolor en la parte posterior de la pierna que empeora después de la actividad. La pantorrilla también puede estar rígida y dolorida por la mañana. La tendinitis de Aquiles suele mejorar con el tratamiento denominado RHCE (reposo, hielo, compresión y elevación). Si no es así, tu médico puede sugerirte fisioterapia.
4. Quiste de Baker
El líquido dentro de la rodilla ayuda a que ésta se mueva sin problemas, pero una lesión o la artritis pueden hacer que se acumule demasiado en la parte posterior de la rodilla. Si tienes un quiste de Baker, notarás una hinchazón y es posible que no puedas enderezar la rodilla. La hinchazón y el enrojecimiento también pueden extenderse a la pantorrilla. A veces, el quiste de Baker desaparece por sí solo. Si no es así, es posible que el médico tenga que buscar y tratar la enfermedad que lo provoca.
5. Ciática
Si el nervio ciático de la parte baja de la espalda se pellizca o inflama, sentirás un dolor ardiente en una o ambas piernas. El dolor de ciática puede aparecer y desaparecer. También puede empeorar después de estar de pie o sentado durante un tiempo. Las compresas de hielo, aplicadas durante 20 minutos seguidos, pueden ayudar, al igual que los analgésicos de venta libre. También puedes probar con masajes, acupuntura o yoga. Si te sigue doliendo, el médico puede sugerirte una inyección de esteroides.
6. Síndrome compartimental crónico
En el interior de las piernas hay bolsas de músculos, nervios y vasos sanguíneos. Una actividad excesiva, como correr demasiado, puede provocar hemorragias o hinchazón en su interior. Si tiene el síndrome compartimental crónico, una acumulación de presión dentro de los músculos hace que el flujo sanguíneo disminuya. La pantorrilla puede sufrir calambres o dolor al moverse. Es posible que veas una hinchazón o un abultamiento muscular. Un descanso de la actividad puede ayudar. En los casos más graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
7. Venas varicosas
Si estás de pie o caminas mucho, la presión sobre las piernas puede provocar varices en una o ambas pantorrillas. Estas venas gruesas y abultadas pueden causar dolor, ardor, hinchazón y picor. Las medias de compresión pueden ayudar. También el movimiento y el ejercicio, que ayudan a bombear la sangre de la pantorrilla. También puedes apoyar la pierna cuando se siente y tratar de no estar sentado o de pie durante mucho tiempo. El médico también puede tratarla cerrando o reduciendo las venas.
8. Trombosis venosa profunda (TVP)
A veces, se forma un coágulo de sangre en el interior de la pierna. En ese caso, la pantorrilla puede doler y sentirse caliente. La piel también puede tener un aspecto rojo. La obesidad puede ponerte en riesgo de sufrir una TVP. Lo mismo ocurre con el embarazo, el tabaquismo y el hecho de pasar mucho tiempo sentado. Si un coágulo de la pierna se desprende, puede llegar a los pulmones y causar problemas graves, por lo que si notas alguno de estos síntomas, ponteen contacto con tu médico inmediatamente.
9. Claudicación
El dolor en la pantorrilla puede ser un signo de que los músculos de la pierna no están recibiendo suficiente sangre. Si tienes un problema llamado claudicación, te dolerán las piernas cuando estés activo, y también pueden dolerte los pies, los muslos, las caderas y las nalgas. Tu médico puede hacerte pruebas para ver si la sangre fluye bien hacia tus extremidades inferiores. Algunos tipos de medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir otros problemas. Habla con tu médico sobre la posibilidad de hacer ejercicio con regularidad para aliviar el dolor.
10. Claudicación neurogénica
La causa más común de este problema es la estenosis espinal, un estrechamiento de los espacios de la columna vertebral que ejerce presión sobre los nervios. Puedes tener dolor, hormigueo o calambres en las piernas, así como en las caderas y las nalgas. Puede empeorar cuando te pones de pie o caminas, pero dejará de hacerlo si te sientas o te inclinas hacia delante. Si tienes claudicación neurógena, puedes necesitar una intervención quirúrgica para aliviar la presión sobre los nervios.
11. Neuropatía periférica diabética
Hasta la mitad de las personas con diabetes sufren daños en los nervios. La neuropatía periférica, causada por un nivel elevado de azúcar en sangre, puede provocar entumecimiento, dolor, debilidad y sensación de ardor en las piernas. También puede sentirse en los pies, los brazos y las manos. Como puedes empezar a perder el equilibrio o tener dificultades para caminar, tu médico puede recetarte medicamentos para tratar el dolor. La fisioterapia puede mejorar tu fuerza.
12. Fractura de la parte inferior de la pierna
La espinilla (tibia) te ayuda a soportar el peso de la parte inferior de la pierna. El hueso que corre a su lado es el peroné. Si cualquiera de los dos se rompe o se agrieta, la pantorrilla puede estar sensible, hinchada o magullada. Caminar puede ser doloroso y la pierna puede parecer más corta de lo que debería. El médico puede unir los huesos y colocar una escayola para mantenerlos en su sitio mientras se curan.
13. Infección ósea
Aunque no es frecuente, a veces los gérmenes se introducen en los huesos y causan una infección, conocida como osteomielitis. Cuando la infección se produce en un hueso de la parte inferior de la pierna, notarás enrojecimiento, hinchazón y calor en la pantorrilla. También puedse tener fiebre y fatiga. Si las pruebas de laboratorio y de imagen confirman que tienes una infección ósea, es posible que necesites antibióticos para eliminar parte del hueso infectado.