Dejar una mala relación
Parece que debería ser fácil alejarse de una relación que es mala para nosotros. Pero mucha gente se siente incapaz de dejar a su novio o novia, aunque quieran. Entonces, ¿por qué nos quedamos con la pareja equivocada?
1. A veces la relación es buena
Es difícil terminar una mala relación cuando ocasionalmente es buena. Piensa en una tragaperras, la mayoría de las veces vamos a perder, pero la posibilidad de que podamos ganar en el siguiente turno nos mantiene enganchados.
De la misma manera, podemos soportar las críticas y el descuido de la pareja porque de vez en cuando nos hacen sentir amados. Al igual que cuando jugamos a las tragaperras, seguimos volviendo a por más porque puede ser el momento en que ganemos. Dejaríamos a alguien que sólo fue malo para nosotros, pero la posibilidad de tiempos mejores nos hace volver por más.
2. Evitar una conversación dolorosa
Es estresante imaginar la triste y dolorosa conversación de ruptura, y las incógnitas sobre cómo reaccionará nuestro próximo ex. Cuando posponemos la conversación nos sentimos aliviados, y podríamos interpretar esa sensación de alivio como una señal de que hemos tomado la decisión correcta de no romper. Como resultado, es más probable que sigamos evitando «La Charla».
3. Falsa sensación de mejoría
Cuando algo está en su punto más bajo, es probable que mejore. Por ejemplo, un jugador de baloncesto que tiene una noche muy mala, probablemente lo hará mejor en el siguiente partido.
¿Qué tiene esto que ver con las relaciones? Cuando nuestra pareja está en su peor momento y es obvio que debemos dejarla, las cosas probablemente mejorarán temporalmente si nos quedamos, lo que no significa que nada haya cambiado fundamentalmente con nuestra pareja. Pero la mejora de terrible a normal puede llevarnos a creer que las cosas están mejorando en general, especialmente si queremos evitar el desorden de una ruptura.
4. Pasar un buen rato después de un mal rato
Cuando hemos invertido tiempo y emociones en una relación romántica, romper puede ser como desperdiciar esa inversión. Es como terminar una película que no estamos disfrutando porque no queremos «desperdiciar» la hora que hemos pasado viéndola; no hay manera de recuperar esa hora, y seguir viéndola significa desperdiciar dos horas. La mejor opción es reducir nuestras pérdidas y usar esa hora más productivamente.
De la misma manera, podemos dejar de dedicarnos a relaciones que cuestan más de lo que valen. También podemos recordar las oportunidades que tendremos una vez que nos hayamos liberado. Y en lugar de ser una experiencia desperdiciada, puede ser algo de lo que aprendemos y crecemos.
Si descubres que te estás criticando a ti mismo por no ser capaz de dejar una mala relación, ten en cuenta que innumerables personas se enfrentan a la misma dificultad. Una vez que entiendas lo que te mantiene atascado, estarás en una mejor posición para tomar una decisión sabia.