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7 Secuelas del acoso escolar

Secuelas del acoso escolar y salud mental

El acoso escolar es un problema extremadamente preocupante y desgarrador. El daño psicológico del acoso a menudo se mantiene en el niño hasta la edad adulta – como es típico de los eventos traumáticos.

Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, existen pruebas sustanciales que demuestran el mayor riesgo de depresión en los niños que han sido acosados. Durante la infancia, las víctimas del acoso escolar suelen mostrar síntomas depresivos, un bajo rendimiento académico y una baja autoestima.

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Muchos de los efectos psicológicos del acoso escolar -en particular la ansiedad y la depresión- suelen ser evidentes entre los adultos que se enfrentaron a un constante acoso físico y/o verbal cuando eran niños. (Los niños que instigaron y a la vez fueron objeto de acoso pueden sufrir problemas de salud mental aún peores).

En este artículo se analizan siete posibles secuelas del acoso escolar en la edad adulta de alguien de quien se burlaba de niño. Para terminar, hablaremos brevemente de algunas opciones de tratamiento disponibles para los que sufren.

AQUÍ HAY 7 POSIBLES SECUELAS DEL ACOSO ESCOLAR DE ALGUIEN QUE FUE ACOSADO DE NIÑO:

«Ser acosado con frecuencia por otros niños es una experiencia traumática, y los investigadores deben comprender mejor la importancia que tienen las experiencias tempranas de un niño con sus compañeros y con la escuela para su desarrollo.» ~ Cari Nierenberg: «El acoso infantil puede tener efectos duraderos en la salud mental«.

1. ANSIEDAD EXTREMA

La ansiedad constante e intensa es quizás el síntoma más común del acoso escolar en la infancia. A los adultos que fueron acosados de niños se les suele diagnosticar un trastorno de ansiedad social o TAS. El TAS es la tercera enfermedad mental más común del mundo, y a menudo es debilitante.

Las personas que padecen TAS o un trastorno similar son conscientes de que la ansiedad no es racional. Por ejemplo, entienden de forma innata que la gente no siempre les está observando y juzgando, pero este conocimiento no hace casi nada para aliviar los síntomas.

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2. AISLAMIENTO Y RETRAIMIENTO

Los niños que se enfrentan al acoso escolar suelen tener que superar años de programación subconsciente negativa que deja el acoso. La tendencia natural del ser humano cuando se enfrenta al rechazo o a la adversidad de sus compañeros es retraerse y aislarse.

¿Por qué? Porque aunque estar aislado de los demás puede ser doloroso, lo es menos que exponerse al rechazo o a algo peor.

3. DEPRESIÓN

Según un estudio de investigación del Kings College de Londres (Inglaterra), las víctimas de acoso escolar son más propensas a sufrir depresión hasta los 40 años. Los individuos que fueron acosados «frecuentemente», según el estudio, tienen casi el doble de probabilidades de desarrollar esta enfermedad.

Los síntomas más comunes de la depresión son irritabilidad, fatiga, inquietud, sentimientos de culpa, inutilidad e impotencia, el pesimismo y la desesperanza, y la pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban.

4. ENFERMEDADES FÍSICAS

Como está bien establecido que el acoso infantil está fuertemente correlacionado con los problemas de salud mental, no es de extrañar que también se desarrollen síntomas físicos. Algunos estudios muestran una relación entre las tasas más altas de obesidad, enfermedades cardiovasculares y abuso de sustancias entre los adultos que se enfrentaron al acoso en la infancia.

Los expertos en salud saben que los problemas psicológicos pueden manifestarse en los físicos. Por ejemplo, las personas a las que se les ha diagnosticado ansiedad y depresión tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas y abuso de sustancias. La elevación de las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina puede ser el catalizador de muchos de estos efectos físicos.

5. BAJO RENDIMIENTO

Uno de los aspectos más desgarradores del acoso escolar es el efecto que tiene en niños inteligentes y capaces. Desgraciadamente, son los mismos niños que suelen ser objeto de acoso. Aunque algunos niños con capacidad de recuperación consiguen superar estas dificultades y seguir teniendo éxito en las aulas, muchos no lo consiguen.

Los trastornos mentales mencionados en este artículo alteran la química natural del cerebro. Esta fluctuación de las sustancias químicas del cerebro -especialmente cuando se trata de la serotonina- hace que procesos mentales como la concentración y la memorización sean mucho más difíciles.

El bajo rendimiento de los niños de los que se burlaron suele comenzar en el aula y continúa en la edad adulta.

6. ESCASA INTELIGENCIA EMOCIONAL

La inteligencia emocional se refiere a «la capacidad de ser consciente, controlar y expresar las propias emociones, y de manejar las relaciones interpersonales con criterio y empatía«. Es fácil entender por qué alguien que fue marginado de niño puede no ser capaz de captar o entender las señales emocionales, incluso las propias.

El acoso en la infancia casi siempre conduce al subdesarrollo emocional. La razón es que los niños acosados no experimentan las interacciones sociales necesarias para madurar en sentido social. Este retraso en la inteligencia emocional suele durar hasta bien entrada la edad adulta.

7. COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL

En un estudio conjunto realizado por investigadores de la Universidad de Duke y la Universidad de Warwick (Reino Unido), los científicos concluyen que las víctimas de acoso escolar en la infancia tienen más riesgo de adoptar comportamientos antisociales.

El estudio de 1.400 personas, en el que se realizó un seguimiento de personas de entre nueve y 26 años, descubrió que quienes se identificaban como «víctimas de acoso» también tenían más probabilidades de haber sido condenados por un delito penal.

«No podemos seguir desestimando el acoso como una parte inofensiva, casi inevitable, del crecimiento«, afirma el profesor Dieter Wolke, de la Universidad de Warwick. «Tenemos que cambiar esta mentalidad y reconocer que se trata de un problema grave tanto para el individuo como para el país en su conjunto; los efectos son duraderos e importantes.»

Los traumas psicológicos suelen requerir una combinación de terapia conversacional (terapia cognitivo-conductual, o TCC) y medicación. Las investigaciones demuestran que la TCC es especialmente útil.

Una práctica llamada reducción del estrés basada en la atención plena, o MBSR, ha demostrado su utilidad en el personal militar que sufre trastorno de estrés postraumático (TEPT). Es lógico, pues, que las prácticas de atención plena y meditación puedan ayudar a aliviar algunos de los efectos psicológicos y físicos del acoso.

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