Cuando te han hecho daño, es posible que sientas la presión de ofrecer el perdón a la persona que te ha hecho daño. Ya sea que esa presión provenga de la sociedad, de la familia o de tu propio interior, puede ser difícil ignorarla. Sin embargo, a veces perdonar no es la mejor opción.
Esto puede resultar chocante porque la mayoría de las veces oyes que el perdón es esencial. Oirás que es la única manera de sanar y seguir adelante, pero esto no siempre es cierto.
Al no perdonar a alguien, no te quedas en el pasado ni albergas emociones negativas. Por el contrario, te mantienes fiel a ti mismo. No importa lo que te digan, no tienes que perdonar a alguien que te ha hecho daño.
A veces, el perdón no sólo no es la mejor opción, sino que es incluso la peor. Sin embargo, eres tú quien debe decidir si perdonas o no. Considera la situación y tus otras opciones, y luego decide que será lo mejor para ti.
POR QUÉ EL PERDÓN NO ES SIEMPRE LO MEJOR.
He aquí algunas señales de que aún no estás preparado para perdonar.
TIENES QUE ANALIZAR
Algunas personas pueden decirte que estás pensando demasiado, pero tienes que analizar en situaciones traumáticas. Tienes que analizar lo que te han hecho y cómo te hace sentir. Además, tienes que pensar en cómo te sentirás en el futuro.
TIENES QUE PASAR POR EL PROCESO DE CURACIÓN
Hay un proceso de curación por el que tienes que pasar antes de poder procesar realmente la situación. No hay nada malo en pasar por estos pasos, y no hay límite de tiempo para ello.
El proceso es diferente para cada persona, y el perdón puede no ser uno de los pasos para ti. Es posible sanar sin perdonar.
NO ES EL MOMENTO ADECUADO
Como se ha dicho antes, el proceso de curación lleva tiempo. El perdón puede llegar eventualmente, pero no puedes apresurarte y no puedes garantizarlo. Si te permites el tiempo que necesitas, te sentirás fortalecido, y con las cosas más claras que nunca.
PUEDE DISMINUIR TU AUTOESTIMA
Cuando te permitas sentir y expresar la ira, te sentirás empoderado. Será más probable que te defiendas y tu autoestima aumentará. Por otro lado, perdonar con demasiada facilidad puede disminuir tu sentido de autoestima.
PUEDE HACER QUE REPRIMAS TU IRA
La ira reprimida puede parecer más fácil de manejar, pero no es así. Cuando reprimes tu ira, hace que ésta se interiorice. Provoca una autoconversión negativa, depresión, problemas en las relaciones, presión arterial alta y otros problemas de salud graves.
PERDONAR CON DEMASIADA FACILIDAD HACE QUE SEA MÁS PROBABLE QUE SE REPITA
Cuando perdonas con demasiada facilidad, es más probable que el agresor te vuelva a hacer daño. Si se sale con la suya y tú lo dejas pasar, pensará que su comportamiento está bien. Cuanto más a menudo perdones, más a menudo te harán daño.
TIENES QUE REDESCUBRIR QUIÉN ERES
Cuando alguien que te importa te hace daño, te cambia la vida. No importa el camino que decidas tomar, las cosas serán diferentes. Esto significa que las cosas nunca serán como antes, y tienes que redescubrir quién eres.
NO TE AYUDA A SANAR
Tu proceso de curación es lo más importante en esta situación. Si perdonar al agresor no te ayuda a sanar, entonces no lo hagas. No te convierte en una mala persona y no estás obligado a perdonar.
PUEDE HACERTE SENTIR AISLADO
Decir que perdonas a alguien cuando realmente no lo has hecho puede ser aún más perjudicial para tu bienestar. Puede hacer que te sientas aislado porque una vez que has dicho las palabras, no es fácil retirarlas. Tampoco sentirás que puedes hablar con nadie al respecto, porque pueden juzgar tu decisión.
EL PERDÓN PUEDE NO SER POSIBLE
A veces, no puedes perdonar a la persona que te ha hecho daño. El perdón no se puede forzar y tiene que ser realmente sentido. Aun así, puedes encontrar otras formas de dejar de lado la ira y el dolor.
LO QUE DEBES HACER EN SU LUGAR
Aunque no tienes que perdonar, es importante recordar que no debes ignorar lo que te ha pasado. Ignorarlo no funcionará, e incluso puede empeorar la situación. Si lo ignoras, puedes acabar aislándote o desplazando la ira hacia quienes no la merecen.
MUÉSTRATE COMPASIVO
Cuando te sientas herido o enfadado, permítete sentirlo sin castigarte. Es normal que te duela cuando te han hecho daño, así que muéstrate compasivo. Recuerda que no es tu culpa que te hayan hecho daño, y que está bien que no puedas perdonar.
RECUÉRDATE QUE LA PERSONA QUE TE HA HECHO DAÑO ES HUMANA
Si puedes ver al ofensor como lo que es, un ser humano, podrás superarlo sin perdonar. Recuerda que los humanos cometen errores y, aunque no tienes que perdonar, te ayudará a soltar algo de rabia.
DATE LA OPORTUNIDAD DE SANAR
Cuando te agreden, es probable que sufras. Date el tiempo y la oportunidad para superarlo. Cuando te des el tiempo necesario, podrás pensar con una mente más clara.
El proceso de curación es personal para cada uno, como ya se ha dicho. Este paso es esencial sea cual sea el camino que tomes, por lo que no puedes saltártelo y debe comenzar de inmediato. Por muy dura que sea la situación, tienes que sentir las emociones y abrirte camino a través de ellas.
Algunos días serán peores que otros, pero todo forma parte del proceso. A medida que lo vayas superando, podrás comprender plenamente tus sentimientos y la situación. Esto te dará la mentalidad adecuada para decidir si quieres ofrecer el perdón o no.
MANTENTE ACTIVO
Cuanto más ocupado estés, menos te centrarás en los aspectos negativos. Si bien es importante revisarlos y procesar todo, no puedes pensar en ello todo el tiempo. A medida que pongas tu energía en hacer otras cosas, encontrarás paz y curación.
RECUÉRDATE A TI MISMO LAS RAZONES POR LAS QUE NO PUEDES PERDONAR
Tienes que ponerte límites a ti mismo, y cuando no puedes perdonar a alguien, está claro que ha cruzado la línea. Recuérdate a ti mismo que te estás manteniendo a salvo, ya sea emocional o físicamente.
CÓMO DECIDIR SI DEBES PERDONAR
La decisión de perdonar o no perdonar depende exclusivamente de ti. Tú eres el único que puede ponerte límites. Decidir cuándo has terminado depende de ti, y a veces esa decisión llega después de la primera traición o la primera vez que te hacen daño.
Cuando tomes la decisión, hay ciertas cosas que debes considerar y ciertos pasos que debes dar. Recuerda que la decisión es tuya, a pesar de lo que digan los demás.
RECONOCE LO QUE HA PASADO
Tú eres el único que sabe el dolor que has sufrido. Piensa en lo que te han hecho y en cómo te han hecho sentir. Una vez que lo hayas reconocido, te será más fácil decidir.
PIENSA EN SI LA PERSONA SE DISCULPÓ
Si alguien no se disculpa, probablemente no merezca tu perdón. Del mismo modo, si no se disculpa sinceramente, probablemente no lo haya hecho en serio. También es importante recordar que una disculpa no siempre compensa lo que se hizo, pero ayudará.
TE HAS ENTERADO DE LA TRAICIÓN O EL DAÑO POR OTROS
Siempre es útil enterarse de la situación directamente por el agresor. Si has tenido que enterarte por otra persona, si no te lo ha dicho abiertamente, es una buena señal de que el ofendido no te respeta.
CONSIDERA LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN
Algunas cosas son más fáciles de perdonar que otras, y esto es algo que debes considerar. Sólo tú puedes determinar cómo te sientes, y esa es la verdadera determinación de la gravedad.
PIENSA EN CUÁNTAS VECES LO HAN HECHO
Si no es la primera vez, el perdón puede no ser la mejor opción. Por otro lado, si es la primera vez, puede ser la única. No hay forma de saberlo con seguridad, así que toma la decisión con la que te sientas más cómodo.
PIENSA EN LO QUE QUIERES HACER
Independientemente de lo que haya ocurrido, a veces sabes lo que quieres que ocurra después. Si quieres darles otra oportunidad y saber que puedes perdonar, está bien.
También está bien si decides que no quieres dar una segunda oportunidad. Recuerda que esta es tu vida y tú decides quién está en ella. Si no quieres perdonar, no hay razón para que tengas que hacerlo.
REFLEXIONES FINALES SOBRE POR QUÉ PERDONAR NO ES SIEMPRE LA MEJOR OPCIÓN.
Aunque mucha gente dice que el perdón es la clave para sanar y seguir adelante, eso no es del todo cierto. Se puede seguir adelante sin perdonar al agresor, y también se puede sanar completamente.
La decisión de perdonar o no es totalmente tuya. No dejes que nadie intente controlar tu decisión. Recuerda que el perdón no siempre es la mejor opción y que no se puede forzar.