¿Qué es el dolor de tobillo?
El dolor de tobillo se refiere a cualquier tipo de dolor o molestia en los tobillos. Este dolor puede estar causado por una lesión, como un esguince, o por una enfermedad, como la artritis. Veamos cuáles pueden ser las posibles causas del dolor de tobillo.
1. Esguince de tobillo
Es un desgarro de los tejidos (llamados ligamentos) que mantienen unidos los huesos del tobillo. Suele ocurrir cuando el pie gira hacia un lado. El tobillo puede estar amoratado e hinchado. Es posible que no puedas poner peso sobre él. La mejor manera de tratarlo es con el método DHCE:
- Descansar
- Hielo durante 20 minutos seguidos
- Comprimir con una venda elástica
- Elevar el tobillo: levántalo por encima del corazón
Un esguince leve mejorará en pocos días. Si el suyo es peor, el médico puede sugerir una escayola corta o una bota para caminar, seguida de fisioterapia.
2. Artritis reumatoide
El sistema inmunitario suele combatir los gérmenes. A veces ataca las articulaciones por error. Los médicos llaman a esto artritis reumatoide. Suele afectar a la misma articulación en ambos lados del cuerpo.
Si la padeces, es probable que te duelan ambos tobillos. El dolor, la hinchazón y la rigidez suelen comenzar en los dedos y la parte delantera del pie y se desplazan lentamente hacia el tobillo. El ejercicio, incluida la fisioterapia, puede ayudar. El médico también puede recetar zapatos o plantillas especiales para aliviar el dolor o fármacos para aliviar la hinchazón.
3. Lupus
Esta enfermedad autoinmune hace que el organismo ataque los tejidos sanos. Puede afectar directamente a los tobillos o causar problemas renales que provocan la acumulación de líquido en las articulaciones. El lupus no tiene cura, pero tu médico puede darte medicamentos para mantenerlo bajo control. Una dieta saludable y el ejercicio regular también pueden ayudar.
4. Osteoartritis
Una articulación es el lugar donde se unen dos huesos. El cartílago cubre el extremo de cada hueso para proporcionar un cojín. Con el tiempo, se desgasta. Cuando desaparece, los huesos rozan directamente entre sí. Esto puede provocar dolor, rigidez y pérdida de movimiento.
Tu médico puede sugerirte medicamentos antiinflamatorios e inyecciones de esteroides para reducir la hinchazón, aparatos ortopédicos para que el tobillo se mueva menos y fisioterapia para enseñarte ejercicios de fortalecimiento. Es posible que necesites una intervención quirúrgica.
5. Gota
El dedo gordo del pie es el punto más común de un ataque de gota, pero también puede afectar al tobillo. Se produce cuando un producto de desecho llamado ácido úrico se convierte en cristales con forma de aguja que se acumulan en las articulaciones. Esto provoca un intenso dolor e hinchazón.
El médico puede recetar medicamentos para tratar un ataque. También tendrás que descansar. Una dieta especial para la gota y unos buenos hábitos de ejercicio pueden aliviar futuros ataques y otros problemas.
6. Pies planos
El arco del pie es el espacio entre el talón y la bola del pie. Se supone que crea una zona hueca cuando estás de pie. Si el tuyo se mantiene plano, podría ser el resultado de una lesión o del desgaste. También puedes heredarlo.
Suele ser indoloro, pero los tobillos pueden doler o hincharse si se desalinean con las rodillas. Los soportes para el arco del pie y el calzado de apoyo pueden ayudar. También lo pueden hacer los ejercicios de fisioterapia especialmente diseñados.
7. Fractura de tobillo
El tobillo está formado por tres huesos: la tibia, el peroné y el astrágalo. Si uno (o más) se agrieta o se rompe, puedes notar dolor, hematomas e hinchazón. Es posible que puedas caminar con un tobillo roto, pero no será fácil.
Si es grave, podrías ver el hueso expuesto. Descansa el pie y mantenlo con hielo, comprimido y elevado (método DHCE) hasta que puedas ver a un médico. Ellos decidirán la mejor forma de tratamiento. Puede que te pongan una férula o una escayola para mantener los huesos en su sitio. Algunas personas necesitan cirugía.
8. Tendinitis de Aquiles
Un esfuerzo fuerte o repentino puede provocar pequeños desgarros en el tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el talón. La parte posterior del tobillo puede hincharse o sentirse sensible y caliente justo encima del talón. Es posible que lo notes más por la mañana o después de hacer ejercicio.
Los antiinflamatorios pueden aliviar el dolor, pero el descanso es la clave para la curación. Los estiramientos y las elevaciones del talón pueden ayudar, pero habla primero con tu médico o fisioterapeuta. Si el tejido cicatrizal causa problemas más adelante, es posible que haya que operar.
9. Tendinosis de Aquiles
Este problema es el resultado de la descomposición del tejido debido al uso excesivo. Suele empezar lentamente y empeorar con el tiempo. Puedes tener dolor o un bulto en el lugar donde el tendón de la parte posterior de la pierna se une al talón.
A veces afecta a la parte central del tendón, donde también se puede notar un bulto. El reposo y los medicamentos de venta libre pueden aliviar la hinchazón y el dolor. Los zapatos especiales, las plantillas o los aparatos ortopédicos pueden reducir la tensión en el tendón. La fisioterapia también puede ayudar.
10. Dolor lateral crónico en el tobillo
Hay muchas causas posibles para el dolor continuo en la parte exterior del tobillo. Lo más probable es que se deba a que un ligamento no se ha curado correctamente después de un esguince y sigue siendo débil. Esto hace que toda la articulación sea menos estable y provoca más lesiones y dolor. El tratamiento depende de la causa. Probablemente implicará reposo y ejercicios especiales para fortalecer los tejidos débiles.
11. Bursitis
El tobillo tiene dos bolsas llenas de líquido, o bursas, que amortiguan el espacio entre los tendones y los huesos. Pueden inflamarse a causa de la artritis, el uso excesivo, los zapatos de tacón alto, los cambios recientes de calzado o la reanudación de los entrenamientos después de un tiempo de descanso.
El tobillo puede sentirse rígido, sensible, caliente e hinchado. El mejor tratamiento es el DHCE: descanso, hielo, compresión y elevación. Toma medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor y la hinchazón. Los estiramientos y los ejercicios especiales pueden prevenir futuros problemas.
12. Lesiones osteocondrales del astrágalo (OLT)
Una lesión repentina, como un esguince, puede dañar el cartílago del astrágalo (hueso del talón) o provocar fracturas, ampollas o llagas en el hueso que hay debajo. Es posible que notes un enganche en el tobillo, o que se bloquee o siga doliendo meses después de una lesión tratada, lo que podría ser un OLT.
El tratamiento depende del tipo, pero es posible que lleves una escayola para mantener el tobillo inmóvil y que utilices muletas para no cargar con tu peso. Tu fisioterapeuta irá añadiendo ejercicios poco a poco.
13. Artritis reactiva
Este tipo de artritis suele aparecer después de una infección en el tracto gastrointestinal o urinario. Los tobillos y las rodillas son los primeros lugares en los que se puede sentir. El médico tratará la infección con antibióticos.
No hay cura para la artritis, pero los antiinflamatorios pueden ayudar a aliviar el dolor y la hinchazón. El ejercicio físico mantendrá las articulaciones flexibles. La artritis debería desaparecer en unos meses.
14. Esclerodermia
Este grupo de enfermedades hace que la piel y los tejidos conectivos se engrosen. Cuando afecta a los tejidos que rodean una articulación, puedes sentir dolor y rigidez. También puede debilitar los músculos y causar problemas digestivos, cardíacos y renales.
El tratamiento depende de los síntomas, que pueden variar. No hay cura, pero los médicos pueden ayudarte a tratar los problemas cardíacos, renales, cutáneos, pulmonares, dentales e intestinales que conlleva la enfermedad.
15. Infección
Si además del dolor de tobillo estás enfermo, irritable y con fiebre, es posible que tengas una infección. La articulación puede estar hinchada, roja y caliente. El médico puede utilizar una aguja para extraer líquido del tobillo para drenarlo o para comprobar la causa. Te darán antibióticos para eliminar las bacterias. Es raro, pero los virus u hongos también pueden infectar tus articulaciones.