Adaptógenos epigenéticos: introducción
Un adaptógeno es un compuesto que promueve el «equilibrio» dentro de una vía bioquímica. A veces eso significa que impulsa la actividad lenta; a veces eso significa que calma la actividad excesiva.
Es un poco como usar un termostato en tu casa: Cuando las temperaturas suben por encima del nivel deseado, el termostato apaga la calefacción para bajar la temperatura. Cuando las temperaturas caen demasiado bajo, el termostato da la señal de que la calefacción se active y aumente la temperatura.
Si has escuchado el término adaptógeno, lo más probable es que provenga de otras áreas de la medicina botánica. Los adaptógenos suprarrenales, como el ashwagandha y la rodiola, por ejemplo, se utilizan comúnmente para el equilibrio del estrés y pueden apoyar tanto la actividad suprarrenal poco activa como la hiperactiva.
Sin embargo, aquí estamos hablando de los adaptógenos en el contexto de la epigenética.
La epigenética se refiere a los reguladores bioquímicos de nuestra expresión genética. En términos prácticos, estos consisten en diminutos compuestos moleculares que se adhieren a nuestro ADN y a las estructuras alrededor de nuestro ADN y cambian la forma en que se leen nuestros genes. El más estudiado de estos reguladores es la metilación del ADN.
Esencialmente, la epigenética tiene el poder de cambiar cuáles de nuestros genes se expresan y cuáles no. Aunque no podemos cambiar nuestro ADN, nuestra epigenética está fuertemente influenciada por nuestra dieta y estilo de vida, lo que significa que podemos afectar a nuestra expresión genética.
Este es un concepto poderoso: significa que se pueden heredar algunos genes desafortunados y aún así regular la expresión de esos genes más favorablemente. La optimización de nuestra epigenética tiene el potencial de afectar a las enfermedades crónicas más problemáticas de la sociedad, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad, autoinmunidad e incluso cáncer. Incluso puede ayudar a hacer retroceder las manecillas de nuestros relojes de envejecimiento biológico.
Varios compuestos dietéticos naturales actúan como adaptógenos epigenéticos, ayudando a optimizar la expresión de los genes, los resultados de la salud y el envejecimiento. Aquí están seis de nuestros favoritos:
1. Vegetales crucíferos
Los vegetales crucíferos son ricos en el epigenético adaptógeno sulforafano. Para aumentar las verduras crucíferas en tu dieta, elige entre rúcula, brócoli, bok choy, coles de Bruselas, col, coliflor, rábano picante, kale, rábano, colinabo y berro.
2. Bayas
Las bayas tienen un alto contenido de muchos adaptógenos de metilación, como antocianinas, ácido clorogénico, ácido elágico y quercetina. Elige una variedad de bayas, incluyendo moras, grosellas negras, arándanos, frambuesas y fresas. Las variedades silvestres más pequeñas suelen tener altas concentraciones de adaptógenos epigenéticos.
3. Cúrcuma
El adaptógeno epigenético activo de la cúrcuma es la curcumina, ampliamente conocida por sus muchos efectos beneficiosos para la salud. La curcumina es un ingrediente común en las especias de curry y también está disponible por derecho propio. Combina la cúrcuma con la pimienta negra y un poco de grasa en tu cocina para una mejor absorción.
4. Setas Shiitake
Tal vez ya conozcas los posibles beneficios anticancerígenos del Lentinus edodes, también conocido como seta shiitake. Las setas shiitake también son adaptógenos epigenéticos demostrados. De hecho, se cree que su capacidad para regular la expresión de los oncogenes (genes promotores de tumores) y de los genes supresores de tumores puede ser un importante mecanismo de acción.
5. Romero
Uno de los principales componentes activos del romero es el ácido rosmarínico adaptógeno de metilación. El romero fresco o seco es una deliciosa adición a su cocina, nos encanta para dar sabor a las verduras asadas, en guisos y cazuelas, e incluso como un té con rodajas de limón o naranja.
6. Té verde
El té verde contiene el adaptógeno epigenético, galato de epigalocatequina (EGCG). Puedes obtener la mayor cantidad de EGCG de tu té verde si lo dejas reposar en agua recién hervida durante 10 minutos. El té verde también contiene mucha menos cafeína que el té negro o el café.
Todavía estamos aprendiendo más y más sobre la epigenética cada día, pero incorporar estos adaptógenos en tu rutina de bienestar podría ser una elección poderosa para tu salud en general.