La importancia de desinfectar la ropa
Es inevitable que en algún momento algún miembro de nuestra familia, o nosotros mismos, estemos enfermos en casa. ¿Pero sabríamos cómo desinfectar la ropa de la mejor forma posible? Sigue estos fáciles consejos y te aseguramos una desinfección fácil y segura.
1. Primero, coge los guantes
Antes de tocar la ropa de una persona enferma, ponte un par de guantes desechables. Una vez que la ropa y las sábanas estén en la lavadora, quítate los guantes, échalos a la basura y lávate las manos de inmediato. Lávate de nuevo las manos y ponte un par nuevo antes de pasar las prendas limpias a la secadora o colgarlas para que se sequen, para no volver a infectarlas.
2. Desinfectar el almacenamiento
Querrás desinfectar todas las superficies que haya tocado la ropa sucia de la persona enferma, como estanterías, mostradores o cestas. La persona enferma debe tener su propio cesto de ropa sucia.
Si el cesto es de materiales duros, aplica agua y jabón para eliminar la suciedad y los gérmenes. A continuación, pasa un paño o rocía un desinfectante para eliminar los microbios que hayan quedado. Coloca un forro de bolsa lavable o desechable en la cesta para mantener a raya los gérmenes desde el interior.
3. Limpiar + desinfectar = golpe doble
La limpieza y la desinfección son un golpe doble. Después del agua y el jabón, utiliza toallitas desinfectantes compradas en la tienda para las superficies. O aplica directamente un desinfectante doméstico.
Sigue cuidadosamente las instrucciones para saber cuánto tiempo debes dejar la zona húmeda antes de secarla con un paño, o si está bien dejar que el desinfectante se evapore.
4. Recurrir a la lejía
La lejía doméstica también puede desinfectar la zona de lavado. Asegúrate de que está pensada como desinfectante y de que no ha pasado su fecha de caducidad. Algunos tipos, como los fabricados para abrillantar o blanquear la ropa, pueden no servir para esta tarea.
Añade ⅓ taza, o 5 cucharadas, de lejía por cada cuatro litros de agua. O utiliza 4 cucharaditas de lejía por cada litro de agua. También puedes utilizar una solución ya preparada que tenga al menos un 70% de alcohol. ¡No olvide los guantes!
5. No agitar
Puede que tengas la tentación de sacudir un poco el cesto de la ropa para ayudar a asentar el contenido. No agites ni muevas la ropa sucia más de lo necesario. Cuando la ropa sucia se agita, las partículas víricas pueden ser lanzadas al aire.
6. Mezclar y mezclar
No pasa nada por mezclar otras prendas de la casa con la carga de la persona enferma. Si sigues los pasos correctamente, no tienes que separarla. Sólo tienes que seguir las instrucciones de lavado como de costumbre. Si la bolsa del cesto es de tela, métela también.
Consejo: Lava las prendas más pesadas, como las toallas, por separado. Esto ayudará a preservar los tejidos más finos y a que las cargas se sequen de manera más uniforme.
7. El agua caliente por sí sola no es suficiente
Ya sea un moho, un virus o cualquier otra cosa, lo que haya provocado la enfermedad puede sobrevivir a un ciclo de lavado caliente. Un desinfectante, como la lejía, añadido a su carga hace un trabajo mucho mejor para deshacerse de los patógenos. Aun así, el agua caliente no hace daño. Utiliza el programa de agua más caliente que puedan soportar los artículos y lávalos según las instrucciones del fabricante.
8. Cómo utilizar la lejía
En primer lugar, comprueba los símbolos que aparecen en las prendas para ver si se puede utilizar lejía en la carga. Un triángulo vacío significa que se puede utilizar. Una «X» marcada significa «no». Y un triángulo con rayas diagonales significa que debes utilizar lejía con oxígeno, o «segura para el color».
Utilice ¾ de taza de lejía para una carga de tamaño normal con una cantidad media de suciedad. Utilice 1¼ tazas de lejía si su carga es extra grande o está muy sucia.
9. No sobrecargues la lavadora
La ropa necesita espacio para girar y agitarse en el agua para quedar limpia. Esto no puede ocurrir si tu lavadora está sobrecargada. Aunque tengas la tentación de meter todo en una sola carga y acabar de una vez, merece la pena dedicar tiempo a dividirla y hacer dos. No olvides quitarte los guantes y lavarte las manos después de cargar la lavadora.
10. Limpiar la lavadora
¿Sabías que debes lavar su lavadora? Es especialmente importante si tienes una persona enferma en su casa. Es fácil si tu lavadora tiene un ciclo de «lavado limpio». Si no lo tiene, haz lo siguiente:
- Pon la temperatura en caliente y seleccione «aclarado extra».
- Añade ½ taza de lejía normal -es del 6% de potencia- en el dispensador de lejía, o llénalo al «máximo».
- Realiza el ciclo con la lavadora vacía.
11. Potencia de la secadora
¿Qué es mejor que usar lejía en el ciclo de lavado? Seguirlo con calor. Este no es el momento de utilizar los ajustes de eficiencia energética, que utilizan temperaturas más bajas que no desinfectan. Programa la carga de tu secadora para al menos 28 minutos de calor alto para terminar de desinfectarla.
12. Cuelga la ropa para que se seque
Si no tienes una secadora, o te gusta secar la ropa en el tendedero, puedes estar seguro de que colgar la ropa al aire libre bajo la luz directa del sol es una forma excelente de ayudar a la desinfección: Los rayos ultravioleta del sol aportan superpoderes desinfectantes a tu ropa.
Asegúrate de haber limpiado los cestos o contenedores que vayas a utilizar para recoger la ropa fresca. Lávate las manos por última vez antes de guardar todo.