Cuándo tratar el dolor en casa
El dolor provocado por una lesión, un accidente o una enfermedad puede ocurrirle a cualquiera en cualquier momento. Puedes hacer una serie de cosas en casa para sentirte mejor.
Pero acude a un médico si el dolor empeora o cambia repentinamente -especialmente si hay hormigueo, entumecimiento o ardor- o si nada de lo que intentas te hace sentirte mejor.
Veamos cuáles pueden ser estas formas de tratar el dolor en casa.
1. RHCE
Las siglas RHCE significan reposo, hielo, compresión y elevación, y es el tratamiento más adecuado para los esguinces y los hematomas leves. Ponle hielo a la lesión lo antes posible y haz presión con un vendaje o una venda elástica. Si te has lesionado un brazo o una pierna, descansa con ellos elevados por encima del corazón para reducir la hinchazón. Pero no te quedes demasiado tiempo en el mismo sitio: lo mejor es que vuelvas a moverte en cuanto puedas.
2. Agua
Utilízala para limpiar cortes y rozaduras y para tratar las quemaduras. Si tienes una quemadura, pon la zona lesionada en agua fría o cúbrela con una compresa fría tan pronto como puedas. Si la piel se ampolla, pierde líquido, pierde sensibilidad o se vuelve negra, marrón o blanca, busca ayuda médica de inmediato.
3. Paño multiusos
Envuélvelo alrededor de una bolsa de verduras congeladas o de una bolsa de plástico llena de cubitos de hielo para conseguir una cómoda bolsa de hielo que te ayude con la hinchazón y el dolor que producen los esguinces o las distensiones.
Una compresa caliente y húmeda también puede servir para tratar muchos tipos de infecciones, como un forúnculo, un corte infectado o un orzuelo (una pestaña infectada que provoca un bulto rojo y doloroso en el párpado). También puedes usar una fría para aliviar el picor y el dolor de la conjuntivitis.
4. Antiinflamatorios de venta libre
Estos medicamentos incluyen la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno. Suelen utilizarse para tratar el dolor que produce la inflamación, como los esguinces. No necesitas una receta, pero debes tener cuidado con ellos: Las dosis grandes pueden causar dolor de estómago y náuseas, y su uso excesivo a largo plazo puede provocar problemas renales, úlceras y presión arterial alta.
Si tienes úlceras de estómago o una enfermedad renal, habla primero con tu médico.
5. Paracetamol
Se utiliza para los dolores de cabeza, los dolores de muelas, los calambres menstruales y otros tipos de dolor que no necesariamente vienen acompañados de inflamación. Si lo tomas sólo ocasionalmente, no suele causar problemas. Pero no lo tomes en dosis elevadas, ya que puede dañar el hígado y los riñones. Las personas que tienen problemas con esos órganos no deberían utilizarlo sin consultar antes con su médico.
6. Analgésicos tópicos
Se trata de geles, cremas, aerosoles y parches de venta libre que se colocan en la piel sobre el músculo, el tendón o la articulación dolorida. Pueden ayudar a aliviar el dolor sin efectos secundarios graves.
7. Baño caliente
Esto puede ser bueno para todo tipo de dolencias que afecten a tus músculos, tendones y huesos, como el dolor de espalda y el de las articulaciones. Algunos consejos: La temperatura ideal es entre 33 y 37º C.
Y no te quedes ahí tumbado: el agua caliente puede ayudar a que la sangre fluya a los lugares que lo necesitan, así que estira y trabaja suavemente esas zonas.
8. Baño de asiento
Si tu dolor está cerca del trasero o de la zona genital – llagas abiertas, fisuras anales, hemorroides, por ejemplo – un baño de tus cuartos traseros en agua caliente puede ayudar con el picor, la irritación y los espasmos del músculo del esfínter. Pon unos centímetros de agua caliente en tu bañera y siéntate durante 20 minutos dos o tres veces al día.
9. Masaje
Tanto si te lo da un profesional o un amigo, como si lo haces tú mismo, puede ayudar a aliviar ciertos tipos de dolor, como los de cabeza o los de espalda. Habla con un profesional de la medicina sobre la mejor manera de tratar tu dolor o lesión con un masaje en casa.
10. Gafas de sol
Pueden ayudarte si eres sensible a la luz por culpa de las migrañas u otras enfermedades. Y pueden proteger tus ojos del picor y la irritación causados por el polen, el polvo y el moho.
11. Meditación
Si el dolor persiste, esta disciplina mental puede ayudarte a controlarlo. Se despeja la mente de pensamientos concentrándose en una cosa sencilla, como la respiración. Puede funcionar solo o en combinación con la medicación.
12. Terapia física
A menudo se utiliza para el dolor crónico o después de algunos tipos de cirugías o lesiones, pero también puede tratar el dolor de cosas como una torcedura de tobillo o un tirón muscular. Habla con tu médico sobre la rutina adecuada para ti.
13. Ejercicio aeróbico
Las personas que hacen ejercicio aeróbico con regularidad, por ejemplo, montar en bicicleta o correr, tienen menos probabilidades de sufrir ciertos tipos de dolor. Y están mejor preparadas para afrontarlo si se lesionan. Consulta a tu médico si no estás seguro de estar lo suficientemente sano para este tipo de ejercicio.