Así lucha el sistema inmunológico
Las cosas pasan. Te haces un rasguño en la piel y te entran bacterias. O te frotas los ojos, sin darte cuenta de que el pomo de la puerta que tocaste tenía un virus del resfriado. O has comido algo que quizá no estaba bien cocinado o limpiado.
Y así, sin más, tienes un invitado no deseado en tu cuerpo.
El sistema inmunológico interviene como un policía que habla en serio. Libera glóbulos blancos y otras sustancias químicas que destruyen estas amenazas. O provoca una reacción, como un estornudo, para expulsar un virus de tu nariz.
Se trata de un escuadrón de agentes de élite que eliminan a los invasores -como bacterias, virus y hongos- lo antes posible. Recorren tu cuerpo y te defienden.
Los glóbulos blancos al rescate
Los gérmenes buscan la manera de meterse bajo tu piel, literalmente. Pueden entrar a través de un corte, montarse en algo que hayas comido, filtrarse en el aire o esperar en una moneda a que la toques y te frotes los ojos.
Una vez dentro, empiezan a reproducirse. Se infectan y pueden hacer que te sientas mal.
Tu sistema inmunológico debe saber que hay un problema. Lee una «huella dactilar» reveladora de proteínas en la superficie de las células, por lo que puede distinguir entre tus propias células y las que no deberían estar allí.
Los glóbulos blancos se encargan de destruir a los invitados no deseados.
Parten de la médula ósea. Tienen una vida corta -de unos pocos días a unas pocas semanas-, por lo que tu cuerpo fabrica constantemente más. Hay diferentes tipos, y todos tienen el mismo objetivo: combatir las infecciones.
Esperan, preparados para cumplir su función, en muchos lugares diferentes del cuerpo, entre ellos:
La linfa echa una gran mano
El sistema linfático es como una autopista interior que transporta los glóbulos blancos por el cuerpo.
Cuando estás enfermo, puedes notar que tus ganglios linfáticos -pequeñas glándulas en el cuello, la ingle, las axilas y detrás de las rodillas- están hinchados. Esto es normal. Significa que tu sistema inmunológico se ha puesto en marcha para eliminar la infección.
Los ganglios linfáticos también son filtros del sistema inmunológico. Atrapan los gérmenes y las células muertas o dañadas y los destruyen.
Eliminación de gérmenes: cómo funciona
Tus glóbulos blancos se aferran a los gérmenes para absorberlos o destruirlos. Tienen anticuerpos que se adhieren a los gérmenes.
La experiencia hace que tu sistema inmunológico sea más fuerte. La primera vez que tu cuerpo entra en contacto con un determinado tipo de gérmenes, tu respuesta inmunitaria puede tardar un poco. Puede necesitar varios días para fabricar y utilizar todas las piezas que combaten los gérmenes para deshacerse de la infección. Se necesita tiempo para «hackear» el código del germen y destruirlo.
Si te encuentras con ese mismo germen más adelante, tu cuerpo lo recordará y lo combatirá más rápido, por lo que podrás superar la infección y sentirte mejor. Misión cumplida.