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9 Consejos para una dieta para la prediabetes

Dieta para la prediabetes

La prediabetes es un término para identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El término se usa para describir a pacientes que tienen niveles de azúcar en sangre más altos de lo normal, pero no lo suficientemente altos como para ser clasificados como diabéticos. Por lo general, no presentan otros síntomas notables.

Veamos los siguientes consejos para llevar una dieta para la prediabetes.

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1. Come más verduras

La fibra de origen vegetal te llena sin aumentar el azúcar en sangre. Las verduras también están llenas de nutrientes. Intenta consumir al menos 3-5 raciones al día. Eso es ½ taza cocida o 1 taza cruda. Puedes elegirlas frescas, congeladas o enlatadas. Pero asegúrate de elegir los de bajo o nulo contenido en sodio.

Llena la mitad de tu plato con verduras coloridas y sin almidón. Por ejemplo, zanahorias, pimientos, brócoli y verduras de hoja verde como las espinacas o la col rizada.

2. Reduce las verduras con almidón

Éstas tienen más hidratos de carbono que sus homólogas sin almidón. Pero también tienen nutrientes saludables. Si utilizas el método del plato, dales una cuarta parte del espacio. Las verduras con almidón son las patatas blancas, los boniatos, el maíz o la calabaza.

3. Merienda fruta

Estos dulces de origen vegetal tienen azúcar, pero eso no significa que debas evitarlos. La fruta está repleta de fibra, vitaminas y minerales. Intenta tomar de dos a tres raciones al día. Eso puede ser una manzana pequeña o ½ taza de fresas.

Pregunta a tu médico si debes optar por opciones bajas en azúcar. Esto incluye bayas, kiwi, melones y naranjas. Intenta acompañar tu fruta con proteínas saludables como mantequilla de nueces natural, yogur griego o almendras.

4. Elige cereales integrales

A diferencia de los granos refinados, los granos integrales tienen toda su fibra original y otros nutrientes. Puedes comerlos en el desayuno o como guarnición en la comida o la cena. Se presentan en muchas formas, como la avena, el arroz integral, el pan o la pasta de trigo integral y la quinoa. Incluso puedes hacer galletas con harinas integrales. Si compras un producto envasado, asegúrate de ver la palabra «integral» antes de grano en la etiqueta.

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5. Añade más frutos secos y semillas

Coge un puñado de cualquier tipo que te guste. Sólo asegúrate de que no estén salados. Y limítate al tamaño de la ración, alrededor de unos 25 gramos. Los frutos secos y las semillas tienen grasas saludables, pero también tienen muchas calorías. Algunas buenas opciones son las nueces, los pistachos, los cacahuetes, las semillas de girasol y los anacardos.

6. Añade algo de proteína

Intenta incluir proteínas en todas tus comidas y tentempiés. Te ayudan a sentirte saciado y ralentizan la rapidez con la que los carbohidratos pasan al torrente sanguíneo. Esto es importante cuando se trata de mantener el azúcar en sangre estable. Entre las fuentes se encuentran el pescado graso y el marisco, las proteínas de origen vegetal como las judías y las lentejas, los huevos y los lácteos bajos en grasa, y las carnes magras.

7. Evita las bebidas azucaradas

Estas bebidas aumentan el nivel de azúcar en la sangre porque no vienen acompañadas de otros nutrientes, como la fibra y las proteínas, que ralentizan el proceso de digestión. Si tienes prediabetes, es una buena idea limitar o saltarse las siguientes bebidas 100% zumo de frutas, refrescos y café azucarado.

Intenta evitar las bebidas energéticas o deportivas, los cócteles con alcohol mezclado y la limonada o el té dulce. Los expertos no están seguros de cómo afectan los edulcorantes artificiales a las personas con prediabetes. Pregunta a tu médico si son adecuados para ti.

8. Limita los azúcares añadidos

Lee la etiqueta de información nutricional para ver cuánta azúcar añadida hay en un alimento o bebida envasada. Puedes utilizar la regla del 5-20: un 5% de valor diario (VD) o menos significa que es una fuente baja de azúcar. Si tiene un 20% de VD o más, entonces deberías evitarlo. Encontrarás azúcar añadido en muchos alimentos procesados, como galletas, caramelos y pasteles. También está en la avena con sabor, el ketchup y la gelatina.

9. No te saltes el desayuno

Trata de comer dentro de las dos horas siguientes al despertar. Eso puede ayudar a controlar tu nivel de azúcar en sangre más adelante en el día. En general, es una buena idea comer cuando se siente hambre. Esto se debe a que puedes comer en exceso o tomar algo fácil -y posiblemente menos saludable- si pasas mucho tiempo sin comer.

Habla con un nutricionista

No tienes que resolver todo esto por tu cuenta. Pide a tu médico que te remita a un nutricionista dietista titulado. Se trata de un profesional capacitado que te ayudará a realizar cambios dietéticos sencillos basados en tu estilo de vida.

Explora los patrones de alimentación saludable

Si buscas un plan de alimentación específico, una dieta mediterránea o basada en plantas (vegetariana o vegana) puede ayudarte. La dieta DASH (enfoques dietéticos para detener la hipertensión) también es una opción.

¿Qué pasa con el índice glucémico (IG)?

El índice glucémico clasifica los alimentos en función de su nivel de azúcar en sangre. En general, los expertos no creen que sea una gran herramienta para las personas con prediabetes. Puede resultar muy confuso. Y puede dejar de lado alimentos que son saludables. En su lugar, es mejor asegurarse de que tus comidas y tentempiés sean una mezcla de carbohidratos, grasas y proteínas. Si no estás seguro de cómo hacerlo, pregunta a tu médico o dietista.

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