Enseñar empatía a los niños: introducción
El mundo tal como lo conocemos ya no es el mundo tal como lo conocíamos. ¿Qué ha pasado? El distanciamiento social nos hace estar exhaustos y solitarios. ¿Pero quién es el más afectado? Nuestros hijos. El confinamiento ha hecho que incluso las familias más complacientes tengan dificultades para expresar compasión. Mientras todos luchamos por mantenernos a flote y conectados, el agobio puede hacer que sea fácil olvidar que otros también están sufriendo.
Crear una cultura de la compasión es más difícil que nunca y más necesario.
¿Qué es la empatía?
La empatía es la habilidad de mostrar realmente compasión, entender la experiencia de otra persona, y ponerse en el lugar de otra persona. La capacidad de mostrar empatía es una habilidad de la vida que puede ser enseñada a cualquier edad y los resultados son muy beneficiosos.
Por ejemplo, los niños con empatía son menos propensos a intimidar a los demás. Incluso investigaciones muestran que los jefes que escuchan y tratan de entender las emociones de sus empleados tienen más éxito. Además, la falta de inteligencia emocional puede limitar su éxito en el lugar de trabajo.
Por qué las familias deben crear una cultura de empatía
Cuando se trata de la empatía, los pequeños actos pueden hacer grandes cambios. Verás, los pequeños actos significan mucho porque entretejen la empatía en la estructura de nuestra vida diaria, y estos actos ayudan a los niños a desarrollar habilidades socio-emocionales. Después de todo, el objetivo es promover las fortalezas del desarrollo y el carácter positivo del niño en su totalidad.
Y en un mundo que se siente distante, los pequeños actos de bondad pueden acercarnos. Demostrar a los niños cómo ser compasivos es una lección de vida que todos necesitamos que aprendan. Considera los pequeños actos de bondad que podéis hacer juntos. Por ejemplo, ¿hay algún vecino mayor que necesita que le ayuden para caminar? ¿Hay algún juguete que podáis comprar juntos para dárselo a un niño necesitado? La empatía ayuda a los niños a sentirse conectados y contribuye a desarrollar su carácter y su crecimiento socio-emocional.
Los padres tienen un gran papel en la enseñanza de la empatía
Hay muchas maneras en que los padres pueden fomentar el comportamiento empático en sus hijos. El papel de los padres, el primer modelo de conducta del niño, es fomentar la empatía en el hogar, en la escuela y en la comunidad a través de pequeños actos diarios de bondad y creando una cultura de compasión.
Un niño consciente y respetuoso es lo que la sociedad necesita para crear confianza y un sentido de pertenencia para todos. Aprender a manejar las emociones, resolver pacíficamente los conflictos y hacer amigos y tomar decisiones responsables beneficia a todos.
Como el modelo más importante en la vida de un niño, los padres pueden esforzarse por modelar la inteligencia emocional en el hogar. Nuestros hogares deberían ser el «lugar seguro donde caer» para cada miembro. Es donde cada uno puede venir, al final de un largo y estresante día, y ser nosotros mismos. Donde somos amados incondicionalmente, y nosotros, a su vez, valoramos y amamos a los demás.
Con esta base de apoyo, nuestros hijos pueden ir a la escuela, a los campos de deporte, a los escenarios de teatro y a los chats en Internet y ser un apoyo emocional para los demás. Sin mencionar que la capacidad de empatizar es más importante ahora que nunca, ya que el distanciamiento social puede haber añadido otro efecto en nuestra población: la oportunidad de llevar a cabo interacciones poco positivas detrás de las pantallas.
5 consejos para enseñar empatía a los niños
Enseñar empatía debe implicar no sólo fomentar una comunidad sino también entrenar a los niños individualmente. Ayuda a guiar a tu hijo hacia una mayor comprensión de cómo es el comportamiento amable y empático:
- Aprovechar las oportunidades de enseñanza. Cuando presencies una situación en la que alguien esté involucrado en una experiencia emocional, llama la atención sobre ella de forma apropiada y respetuosa. Esto puede ser durante o después del incidente, pero involucra a tu hijo en conversaciones sobre la experiencia de otra persona. Por ejemplo: «¿Qué crees que está pasando en la vida de tu amigo? ¿Qué notaste en su reacción a la situación?«
- Demuestra tú mismo tu amabilidad. Mejora la escucha dejando de hacer lo que estés haciendo cuando tu hijo se acerque a ti. Escucha atentamente. No interrumpas. Repite lo que escuchaste para asegurarte de que entendiste la raíz del mensaje. Escucha la perspectiva de tu hijo o pareja y ponte en su lugar. Incluso pequeños actos como aceptar que el aprendizaje a distancia es difícil o que la última escasez de cinta de celofán significa que tu pareja buscó en vano actos para crear una cultura de empatía en el hogar.
- Señala un comportamiento grosero o irrespetuoso. Tal vez fue tu hijo quien actuó insensiblemente con la abuela. Habla en colaboración sobre el comportamiento de tu hijo y pídele que interprete cómo su comportamiento hizo sentir a alguien. Pregúntale a tu hijo: «¿Cómo crees que se siente cuando la corriges? ¿Qué quisiste hacer?» Mejora la contención de comentarios agudos y el filtrado de sus réplicas en los redes sociales. Lidera con el ejemplo mientras tratas de entender la perspectiva de los demás al hablar de las personas en la vida de tus hijos.
- Modelo de compasión. Sacar la basura cuando alguien tiene una reunión y está presionado por el tiempo, verbalizar que entiendes que las cosas deben ser difíciles en este momento, y pequeños actos de bondad fomentarán una cultura de empatía. Tus hijos están mirando. ¿Es así como te gustaría que te recordaran. Si no, trabaja en su autorregulación y control de impulsos. El objetivo no es ser perfecto. En cambio, es para mostrar que todos pueden usar el autocontrol y el trabajo por cuenta propia.
- Guía; no prediques. Nadie puede permanecer concentrado cuando se le sermonea. Hay que guiar a los niños para que vean cuál es la situación o el punto de vista de los demás. Decir que deben ser atentos y cuidadosos puede tener el efecto contrario. Ayuda a tu hijo a ponerse en los zapatos de su compañero. Hazle preguntas que le ayuden a reflexionar sobre los estados de ánimo de los demás. «¿Qué sienten los demás? ¿Cuál fue la reacción a su comportamiento? ¿Qué te dijeron las expresiones faciales de los demás sobre sus sentimientos?«
La capacidad de entender las emociones de los demás y responder con amabilidad es una habilidad para la vida. Pertenecer es demostrar empatía y la base de una sociedad solidaria.