¿La pasta es mala?
Para ser algo tan universalmente amado, la pasta ha sido terriblemente maltratada. Se la tacha de vacía desde el punto de vista nutricional, se la culpa de los kilos no deseados y es rechazada por innumerables personas que hacen dieta y desintoxicación. Pero, ¿es eso justo o necesario? No. ¿Te ha sorprendido?
Personalmente me he quejado por mi irritación por la trillada advertencia de “no comas alimentos blancos”. Es un mal consejo porque simplemente no es cierto. Implica que los alimentos blancos como la pasta (y las patatas) son nutricionalmente débiles y desencadenantes del aumento de peso.
Veamos, en cambio, los hechos.
La pasta no está vacía desde el punto de vista nutricional
Sí, la pasta blanca es un “grano refinado”, lo que significa que la capa exterior del grano de trigo ha sido despojada de algunos de sus componentes. Pero la pasta blanca no pertenece a la misma categoría que los alimentos de grano refinado como los donuts y las galletas.
La pasta blanca sigue teniendo fibra y está enriquecida con vitaminas del grupo B y hierro. Y si quieres más fibra, elige la pasta integral, que contiene hasta siete gramos de fibra por ración, lo que supone un tercio de lo que las mujeres necesitan para todo el día.
La pasta no hace que se dispare el azúcar en sangre
La pasta tiene un índice glucémico bajo, que clasifica el aumento del azúcar en sangre después de comer diferentes alimentos.
El índice glucémico de la pasta se sitúa entre 50 y 55 (considerado un alimento de bajo índice glucémico), en comparación con el 70 del pan blanco (considerado alto). Se cree que los alimentos de bajo índice glucémico se metabolizan más lentamente y provocan menores fluctuaciones en los niveles de insulina, lo que es mejor para la salud (y para el peso).
El índice glicémico no es una medida perfecta, pero sugiere que la pasta no provoca picos de azúcar en la sangre y choques como algunas personas podrían creer.
La pasta no es una pesadilla para los que hacen dieta
La pasta forma parte de la Dieta Mediterránea, un patrón de alimentación que, según numerosos estudios, tiene beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes, y un peso más saludable.
En una revisión de la investigación, la Dieta Mediterránea, que también incluye muchas frutas y verduras, pescado y aceite de oliva, fue tan eficaz como una dieta baja en carbohidratos cuando se trata de perder peso.
(Pero como no restringe alimentos como la pasta, puede ser más fácil de seguir para algunas personas que otras dietas).
La pasta no es sólo salsa de nata
Aunque algunas personas asocian la pasta con salsas de nata espesa y montones de albóndigas, en realidad es un excelente vehículo para todo tipo de alimentos saludables como verduras, frutos secos, proteínas magras y aceites saludables para el corazón.
Si te gusta la pasta pero aún te sientes receloso, limítate a una porción (que es aproximadamente una taza de pasta cocida), añade una cantidad igual o mayor de verduras asadas o salteadas, rocía con una o dos cucharaditas de aceite de oliva y añade una pizca de parmesano. Y a disfrutar.
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