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Guía sobre la esquizofrenia: causas, síntomas y tratamientos

¿Qué es la esquizofrenia?

Es una enfermedad mental grave que puede ser incapacitante si no se atiende. Las personas que la padecen pueden oír voces, ver imágenes imaginarias o creer que otras personas controlan sus pensamientos.

Estas sensaciones pueden asustar a la persona y provocar un comportamiento errático. Aunque no hay cura, el tratamiento suele controlar los síntomas más graves. Al contrario de lo que se piensa, la esquizofrenia no es lo mismo que el trastorno de personalidad múltiple.

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¿Cuáles son los síntomas?

Incluyen:

Algunos signos, como la falta de disfrute en la vida cotidiana y el retraimiento de las actividades sociales, pueden imitar la depresión.

Cómo afecta a los pensamientos

Las personas con esquizofrenia pueden tener problemas para organizar sus pensamientos o hacer conexiones lógicas. Pueden sentir que su mente salta de un pensamiento no relacionado a otro.

A veces tienen «retraimiento del pensamiento», una sensación de que los pensamientos son eliminados de su cabeza, o «bloqueo del pensamiento», cuando el flujo de pensamiento de alguien se interrumpe repentinamente.

Efectos en el comportamiento

La enfermedad tiene un gran impacto en muchos aspectos. Las personas pueden hablar y no tener sentido lo que dicen, o se inventan palabras. Pueden estar agitadas o no mostrar ninguna expresión.

Muchos tienen problemas para mantenerse a sí mismos o para mantener su casa limpia. Algunos repiten comportamientos, como pasearse. A pesar de los mitos, el riesgo de violencia contra otros es pequeño.

¿Quién padece esquizofrenia?

Cualquiera puede padecerla. Es igual de común entre hombres y mujeres y entre grupos étnicos. Los síntomas suelen comenzar entre los 16 y los 30 años. Los primeros síntomas pueden presentarse semanas, meses o incluso años antes del primer incidente de psicosis completa.

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Suele comenzar antes en los hombres que en las mujeres. La esquizofrenia rara vez comienza durante la infancia o después de los 45 años. Las personas con esquizofrenia u otros trastornos psicóticos en su familia pueden ser más propensas a padecerla.

¿Qué la causa?

Los científicos no conocen la causa. Los genes, las experiencias y el entorno de una persona pueden estar implicados. Las teorías incluyen la actividad y el funcionamiento de ciertas áreas del cerebro, así como problemas con sustancias químicas cerebrales como la dopamina y el glutamato.

También puede haber diferencias estructurales, como la pérdida de células nerviosas que da lugar a mayores cavidades llenas de líquido o «ventrículos» en el cerebro.

Cómo la diagnostican los médicos

No existen pruebas de laboratorio para detectar la esquizofrenia, por lo que los médicos suelen basar el diagnóstico en los antecedentes y los síntomas de la persona.

Primero descartan otras causas médicas. En los adolescentes, una combinación de antecedentes familiares y ciertos comportamientos puede ayudar a predecir el inicio de la esquizofrenia.

El periodo en el que empiezan a aparecer los síntomas y antes del primer episodio de psicosis (FEP) se denomina periodo prodrómico. Puede durar días, semanas o incluso años. A veces puede ser difícil de reconocer porque no suele haber un desencadenante específico.

El pródromo va acompañado de lo que puede percibirse como cambios sutiles de comportamiento, especialmente en los adolescentes. Estos comportamientos incluyen el retraimiento de los grupos sociales y la expresión de sospechas inusuales, pero eso no es suficiente para un diagnóstico.

Medicamentos para tratarla

Los medicamentos recetados pueden reducir síntomas como el pensamiento anormal, las alucinaciones y los delirios. Algunas personas tienen efectos secundarios preocupantes, como temblores y aumento de peso.

Los fármacos también pueden interferir con otros medicamentos o suplementos. Pero en la mayoría de los casos, la medicación es imprescindible para tratar la esquizofrenia.

El papel de la terapia

El asesoramiento puede ayudar a las personas a desarrollar mejores formas de reconocer y manejar sus comportamientos y pensamientos problemáticos, y a mejorar su forma de relacionarse con los demás. Cuanto antes se busque el tratamiento, mejor será el resultado.

En la terapia cognitivo-conductual (TCC), las personas aprenden a comprobar la realidad de sus pensamientos y a manejar mejor los síntomas. Otras formas de terapia tienen como objetivo mejorar las habilidades de autocuidado, comunicación y relación.

Moviéndose por el mundo

Los programas de rehabilitación para la esquizofrenia enseñan a las personas a hacer cosas cotidianas, como utilizar el transporte público, administrar el dinero, hacer la compra o encontrar y mantener un trabajo.

Estos programas funcionan mejor cuando se incorporan a un enfoque de equipo como la Atención Especializada Coordinada (CSC). Este tratamiento incluye medicamentos, terapia y servicios sociales junto con intervenciones laborales y educativas.

Permanecer en el plan

Las personas con esquizofrenia a veces dejan la medicación debido a los efectos secundarios o a que no comprenden su enfermedad. Esto aumenta el riesgo de que los síntomas graves vuelvan a aparecer, lo que puede llevar a un episodio psicótico (en el que se pierde el contacto con la realidad).

El asesoramiento regular puede ayudar a las personas a seguir el tratamiento y evitar una recaída o la necesidad de hospitalización.

Desafíos en el trabajo

Las personas con esquizofrenia suelen tener problemas para encontrar o mantener un trabajo. Esto se debe en parte a que la enfermedad afecta al pensamiento, la concentración y la comunicación. Pero también se debe al hecho de que los síntomas comienzan en la edad adulta joven, cuando muchas personas están empezando sus carreras. La rehabilitación profesional y ocupacional puede ayudar a las personas a desarrollar habilidades laborales prácticas.

Cuando un ser querido la padece

Las relaciones pueden ser difíciles para las personas con esquizofrenia. Sus pensamientos y comportamientos inusuales pueden alejar a amigos, compañeros de trabajo y familiares.

El tratamiento puede ayudar. Una forma de terapia se centra en la formación y el fomento de las relaciones. Si estás cerca de una persona con esquizofrenia, es posible que quieras unirte a un grupo de apoyo o recibir asesoramiento tú mismo, para poder recibir apoyo y aprender más sobre lo que está pasando.

El alcohol y las drogas son un riesgo

Las personas con esquizofrenia son mucho más propensas que otras a abusar del alcohol o de las drogas ilícitas. Algunas sustancias, como la marihuana y la cocaína, pueden empeorar los síntomas.

El abuso de drogas también interfiere con los tratamientos para la esquizofrenia. Si conoces a alguien que está lidiando con eso, busca programas de abuso de sustancias diseñados para personas con esquizofrenia.

Hablar antes del embarazo

Las mujeres con esquizofrenia que planean quedarse embarazadas deben hablar con sus médicos para asegurarse de que sus medicamentos pueden tomarse durante el embarazo.

Los estudios sobre la seguridad de los medicamentos para la esquizofrenia durante el embarazo son alentadores. Sin embargo, aunque no existen vínculos definitivos entre los medicamentos para la esquizofrenia y los defectos de nacimiento o las complicaciones graves del embarazo, es importante hablar primero con el médico.

Cuando se trata de un familiar

Puede ser difícil convencer a alguien con esquizofrenia de que busque ayuda. El tratamiento suele comenzar cuando un episodio psicótico da lugar a una estancia en el hospital. Una vez que la persona está estabilizada, los familiares pueden hacer lo siguiente para ayudar a prevenir una recaída:

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