1. Te gustan los alimentos equivocados
La alimentación poco saludable es el mayor impulsor de las grandes barrigas. Demasiados carbohidratos con almidón y grasas malas son una receta infalible para que esa sección media se expanda.
En su lugar, consume muchas verduras, elige proteínas magras y mantente alejado de las grasas de las carnes rojas. Elige grasas más saludables en cosas como el pescado, los frutos secos y los aguacates.
Incluso un recorte moderado de los carbohidratos (cereales, pasta, azúcares) también puede ayudar.
2. Te gusta demasiado la comida
La grasa del vientre que se encuentra debajo de la piel (llamada subcutánea) y la que se encuentra debajo de los músculos abdominales y alrededor de los órganos vitales (llamada visceral) deben desaparecer.
La grasa del vientre o visceral aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes. También puede provocar hipertensión arterial, entre otras cosas. Comer demasiado es, al menos en parte, la causa de esa gordura. Limitar las porciones puede mantener baja la grasa visceral.
3. Estás fumando
Todos conocemos los peligros del tabaco. Añade esto a la lista: Un estudio demostró que produce más grasa abdominal y visceral. Así que si necesitabas una razón más para dejar de fumar, ya la tienes.
4. Estás estresado
Cuando la hormona del estrés, el cortisol, recorre tu cuerpo, la grasa se instala en tu vientre. Habla con tu médico sobre cómo manejar tu estrés. El ejercicio puede ayudar a aliviarlo. Medita. Haz yoga. Consigue un buen sistema de apoyo. Habla con un profesional de la salud mental si lo necesitas.
5. No haces suficiente ejercicio
Nadie dijo que eliminar la grasa del vientre fuera a ser fácil. Si tu barriga estira demasiado la cinta métrica -en el caso de los hombres, más de 100 centímetros alrededor de la cintura, y en el de las mujeres, más de 88-, necesitas realizar una actividad física moderada (como caminar) durante al menos 150 minutos a la semana, o vigorosa (correr) durante 75, y un entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana.
Consulta a tu médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios.
6. Estás haciendo los ejercicios equivocados
Los abdominales no son suficientes. También necesitas entrenar con pesas para construir músculo. Más músculo significa más quema de calorías.
Dicho esto, si sólo puedes hacer un ejercicio, elige el ejercicio aeróbico (como caminar o correr). Es el que mejor funciona para quemar grasa. Conviértelo en un hábito y aumenta lentamente la intensidad para obtener los resultados que buscas.
7. Te gusta la cerveza
No es sólo la cerveza y los carbohidratos que contiene lo que hace que la barriga cervecera se dispare. Todo el alcohol tiene calorías. Si ingieres demasiadas calorías -sobre todo si no haces ejercicio ni te alimentas bien- vas a acumular kilos. Si bebes, recuerda hacerlo con moderación.
8. Las bebidas deportivas y energéticas llenan tu nevera
Las bebidas deportivas pueden tener mucho azúcar. Eso aporta calorías. Si bebes demasiadas, te estás exponiendo a un aumento de peso que puede acabar en tu cintura. Reduce las bebidas azucaradas y con muchas calorías. Eso significa que las bebidas energéticas y los refrescos no dietéticos también.
9. No bebes suficiente agua
Los estudios demuestran que beber más agua puede ayudarte a perder peso. Elegir H2O en lugar de bebidas azucaradas significa menos calorías. Eso puede ayudarte a eliminar esa grasa del vientre. Además, es la única bebida que puede hidratar sin añadir azúcares u otros compuestos.
10. Genética
Sí, tu árbol genealógico afecta a tus posibilidades de padecer obesidad. También influye en el lugar donde se almacena la grasa. Aun así, hay esperanza. Conseguir el equilibrio adecuado entre las calorías que ingieres (tu dieta) y las que quemas (mediante el ejercicio) puede ayudarte a no ganar peso, a pesar de tus genes.
11. No duermes bien
Esas incursiones nocturnas en la nevera son asesinas de la dieta. Y no sólo eso, si no duermes, estás activando las hormonas del estrés. Estas estimulan a tu cuerpo a mantener la grasa.
Aprende buenos hábitos para dormir, como:
- No usar el teléfono antes de dormir.
- Apagar el portátil.
- Acuéstate a la misma hora cada noche.
- Evitar el alcohol antes de acostarse.
- Hacer ejercicio.
12. Estás obsesionado con la báscula
He aquí una buena noticia: puede que estés perdiendo esa grasa del vientre y ni siquiera te des cuenta. Si estás comiendo bien y haciendo ejercicio, recuerda que la forma en que te queda la ropa -medida por la talla de la cintura- es más importante que lo que dice la báscula. Si la cintura te queda menos ajustada, es posible que hayas sustituido parte de la grasa del vientre por músculo.