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Razones por las que la enfermedad mental es agotadora

Una de las cosas más difíciles de la enfermedad mental es que es muy agotadora. Es como tener dos trabajos, pero lamentablemente la mayoría de la gente no puede ver el segundo turno (y ciertamente no es recompensado).

Si estás deprimido, cada tarea puede parecer hercúlea. El mero hecho de ducharse, desayunar y llegar al trabajo puede ser una gran victoria, sobre todo si se arrastra el peso de la culpa y la vergüenza. Es posible que trabajes el doble sólo para hacer la mitad de lo que podrías hacer sin depresión.

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En el caso del trastorno de pánico, cada viaje en coche podría requerir una planificación cuidadosa de la ruta para no encontrar ningún puente o túnel.

Si tienes ansiedad social, puedes pensar en cada posible interacción social y luego pasar horas revisando las cosas que dijiste para ver si te avergonzaste.

Cuando vives con ansiedad generalizada, cada tarea y decisión está llena de pensamientos preocupantes de «qué pasaría si…«, y tu sistema nervioso está constantemente en modo de lucha o huida, lo que te hace estar tenso, nervioso y distraído.

Hablando de distracción, la enfermedad mental también es mentalmente agotadora. Tu capacidad para recordar cosas y organizar tus pensamientos a menudo se ve obstaculizada, por lo que tienes que esforzarte más para mantener el ritmo en el trabajo y en casa. La toma de decisiones puede ser extremadamente difícil.

Los trastornos psiquiátricos también afectan al cuerpo. Suelen estar relacionadas con la inflamación y suelen interferir con el sueño. Además, muchas enfermedades provocan una tendencia a la mala alimentación, como el consumo de dulces muy procesados y el consumo excesivo de alcohol, lo que reduce aún más la energía.

A pesar de estos problemas, muchas personas encuentran formas de seguir adelante lo mejor que pueden a pesar de la enfermedad psiquiátrica.

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Siguen yendo al trabajo, cuidando de su familia, relacionándose con sus amigos en la medida de lo posible. Les cuesta mucho esfuerzo parecer «normales» porque mucha gente no parece entender por lo que están pasando, incluso algunos familiares y amigos cercanos.

Tal vez te sientas identificado. Sigues adelante, ocultando lo que te pasa por dentro, mientras te ves luchando a diario con cosas que parecen fáciles para los demás, y que solían ser fáciles para ti. Sin embargo, en el proceso, las abrumadoras exigencias desgastan tus limitados recursos, agotando tu espíritu.

Si estás luchando contra la depresión, la ansiedad u otras afecciones, intenta encontrar formas de recargar tu energía a diario. A veces eso puede significar encontrar períodos de descanso tranquilo.

En otras ocasiones, es posible que necesites formas más activas de recargarte a través de un compromiso significativo, como ofrecer tus talentos, ocuparte de tus responsabilidades diarias, compartir la vida con amigos y estar al servicio de los demás.

Y si no has buscado tratamiento, quizá sea el momento. A la mayoría de las personas les resulta útil trabajar con un terapeuta y, en algunos casos, considerar la medicación con un psiquiatra.

Algunos sufrimientos en la vida son inevitables, y otros son evitables. Un profesional cualificado puede ayudarte a lidiar con ambos.

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