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5 maneras fáciles de practicar la atención plena todos los días

Atención plena: introducción

¿Alguna vez te cansas de estar en tu cabeza? Yo sé que sí. La mayoría de nosotros pasamos nuestras vidas perdidos en nuestros pensamientos, que rara vez son sobre lo que realmente está sucediendo en ese momento. Nuestras mentes están enfocadas en otro lugar y tiempo mientras nos preocupamos por el futuro y rumiamos sobre el pasado.

Podemos estar caminando afuera pensando en lo que debemos hacer para la cena, o si la persona que no ha respondido nuestro mensaje de WhatsApp está enfadada con nosotros, o qué pasa si nuestros planes para mañana se ven afectados por la lluvia. Mientras tanto, apenas notamos la impresionante luz de la tarde, la sensación de nuestros pies en la tierra, el calor del sol en nuestras espaldas.

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Puede ser un gran alivio encontrar momentos de quietud mental, cuando los pensamientos se desvanecen en el fondo y nos quedamos con una conexión más cercana a lo que realmente está pasando. Esa es la idea de la atención plena, al contrario de lo que sugiere el nombre, se trata de salir de nuestras cabezas.

La atención plena a menudo evoca imágenes de una persona sentada con las piernas cruzadas y meditando, ya que la meditación es una de las prácticas de atención plena más comunes. Pero el objetivo de la conciencia plena no es ser realmente bueno meditando; si no experimentar verdaderamente esta vida.

En realidad es la cosa más simple del mundo. Todo lo que tenemos que hacer es abrir nuestra conciencia a nuestra experiencia presente. ¿Qué es lo que vemos? ¿Qué escuchamos? ¿Qué sensaciones físicas notamos? No tenemos que crear una historia alrededor de estas experiencias, podemos simplemente asimilarlas, sin palabras, sin el filtro limitante del lenguaje.

Si quieres practicar la atención plena, ayuda tener señales a lo largo del día que te recuerden tu intención. Elige cualquiera que te sirva; aquí tienes cinco para empezar.

Notarás que ninguno de estos ejercicios implica tratar de «detener tus pensamientos». ¡Van a estar ahí, quieras o no! En lugar de hacer que los pensamientos sean el enemigo, déjalos ir y venir mientras diriges tu atención a otro lugar.

Hay maneras ilimitadas de practicar la atención plena, y ninguna de ellas requiere sentarse en un cojín de meditación o tomarse un tiempo de tu día. Puedes simplemente entrar en tu experiencia, sea cual sea. Puedes empezar ahora mismo, en este mismo momento. Bienvenido a tu vida.

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